Mazarulleque, la ermita más espectacular de Cuenca
El título del post puede parecer una exageración. Para nosotros no. En plena sierra de Altomira, con unas vistas increíbles, se ubica un pequeño templo al que recomendamos ir. Hablaremos más adelante de eso, porque el pueblo de Mazarulleque tiene muchos más encantos. Algunos de ellos giran en torno al cerro del Castillo, en cuya cima también hay una panorámica de cine. Parece que toca disfrutar de las alturas en esta localidad, no por nada la incluimos en nuestro post de diez pueblos espectaculares y poco conocidos en la provincia de Cuenca. Acompáñanos para comprobarlo.
Contenidos del post
Cómo llegar a Mazarulleque
Aterrizamos en la localidad desde la única carretera que atraviesa su núcleo urbano: la CM-2000. Esta vía conecta Carrascosa del Campo con Sacedón, ya en la provincia de Guadalajara. Circula por puntos de interés como Vellisca, el yacimiento arqueológico de La Cava o Buendía. Desde su término también sale la carretera CU-2024, que conecta con la CM-200, importante arteria de la Alcarria que deja atrás villas de renombre como Barajas de Melo, Albalate de Zorita, Almonacid de Zorita, Pastrana o Fuentelencina. Desde Huete también se puede llegar a través de un camino, aunque es más sencillo desplazarse a Garcinarro y tomar la CM-2025, que nos deja en esta villa en escasos minutos. Mazarulleque es una localidad perteneciente al municipio de El Valle de Altomira, junto con Jabalera y Garcinarro. En esta última se encuentra el ayuntamiento. Posee una población de 79 habitantes (INE 2022), los cuales pertenecen a la comarca de la Alcarria.
Qué ver en Mazarulleque
No vamos a engañar a nadie. El lugar más especial que tiene Mazarulleque, en nuestra humilde opinión, no lo visitamos cuando estuvimos de excursión en el pueblo. Ya habíamos estado antes en otra visita a la localidad de Saceda-Trasierra. Se trata de la ermita de Nuestra Señora de Altomira. Realmente no sabíamos que pertenecía al término de Mazarulleque, solo vimos unos carteles y partimos en su búsqueda. Para nosotros es la ermita más impresionante de Cuenca. No en términos arquitectónicos, sino de localización. Las vistas que hay desde su ubicación son indescriptibles. En general todo el paraje natural de la sierra de Altomira, donde se halla, es precioso.
El camino para subir a la ermita de Nuestra Señora de Altomira, al menos por el que nosotros ascendimos, se encuentra junto a la carretera CM-2024, citada anteriormente. Fue un ascenso lento por un camino de tierra con partes complicadas. El edificio se asienta sobre una antigua casa fortificada que servía de torre de vigilancia para la Orden Templaria. Posteriormente se levantó un convento de Carmelitas Descalzas en el siglo XVI, del cual tomó posesión el prior de Pastrana pocos años después. El templo en sí no tiene ningún adorno destacable, al menos por fuera. Lo que sí merece la pena reseñar es la multitudinaria romería que se celebra el primer domingo de mayo.
Ahora sí que nos trasladamos al día de la excursión por Mazarulleque. Nada más entrar por el núcleo urbano paramos junto a una pista polideportiva. Había un cartel informativo que nos sirvió de guía para comprobar el patrimonio de la localidad. Por la calle Acacias nos llevamos la primera sorpresa. Resulta que aquí está la parroquia de San Martín Obispo, pero por la información que albergábamos, la iglesia que se ve en lo alto del pueblo tenía la misma advocación. Más tarde despejaríamos las dudas que surgieron.
Seguimos por la calle y en breves instantes teníamos el auto aparcado en la plaza de la Constitución. Es el centro neurálgico de la villa. Alberga el bar y una bella fuente de piedra con dos caños. Cruzamos al otro extremo de la plaza, elevándose ante nosotros el cerro de la Muela, también conocido como cerro del Castillo. Se le denomina así porque existen restos de una antigua fortaleza. Aunque a día de hoy, sin duda, las protagonistas del cerro son las cuevas de vino.
A lo largo de la serpenteante subida se van desplegando estos pequeños espacios ubicados bajo tierra y roca. Hemos de decir que varias de ellas están muy bien acondicionadas. A día de hoy proporcionan mucha vida al pueblo, como se puede comprobar en sus Jornadas de Cuevas Abiertas. Todo un acontecimiento que ya es costumbre en varios pueblos de la Alcarria conquense como Torralba o Albalate de las Nogueras.
Arriba del todo, además de unas hermosas vistas de la sierra de Altomira, se halla la casa-fuerte. Se trata de una construcción de extraordinaria rareza en la provincia de Cuenca, pues consta de numerosos elementos. Se levantó junto a un recinto defensivo sobre los restos del castillo en los siglos XVI y XVII. Además de la casona, hay cuadras, cuevas, granero y palomar. Todo ello agrupado en torno a un patio. Se trata de un inmueble de titularidad privada en la actualidad.
Salimos a la calle Iglesia para salir de las dudas que comentamos al principio del post. Ante nosotros aparecía un templo en obras, aunque pudimos distinguir su bella portada. La iglesia de San Martín Obispo (s. XVI) es un tesoro que el pueblo de Mazarulleque está luchando por recuperar. Hace varias décadas se vendió y a partir de entonces comenzó un progresivo deterioro que llevó al edificio a estar al borde del desplome. Desde hace años, gracias a la lucha vecinal y diversas ayudas institucionales, se está llevando a cabo la rehabilitación del templo con mucho esfuerzo. Nos alegramos mucho de que se pueda conservar el patrimonio arquitectónico de los pueblos.
Deshicimos el camino, pero esta vez tomamos las calles Costanilla y Merced para volver a la plaza de la Constitución. Antes de entrar, observamos haciendo esquina el ayuntamiento de Mazarulleque, sencillo inmueble de dos plantas. Aprovechamos para tomar un refrigerio acompañando a Sara y Natalia, nuestras compañeras de excursión que decidieron descansar y evitar subir las cuestas del cerro del Castillo. Llevábamos una jornada larga de zascandileo, pero ellas se lo perdieron.
Nos despedimos tranquilamente desde el bar de Mazarulleque. Somos conscientes de que nos faltaron lugares de interés, como la zona recreativa Fuente del Olmo, en las afueras, pero tenemos invitación para volver a tomar unos chatos de vino en las cuevas. Cuando pasen estos tiempos convulsos tocará volver y, de esta manera, completaremos la entrada. Hasta entonces, hay lectura para convencer de las muchas bondades de Mazarulleque. Muy especial esta localidad.
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Me encantó
Muchas gracias, Teresa. Un saludo.