Fuentelencina, balcón de la Alcarria
Toca visitar un pueblo con pasado esplendoroso. Así lo demuestra su patrimonio, ya que, cuando paseas por Fuentelencina, es complicado no maravillarse cada poco tiempo. Quizás sea por su plaza Mayor, por los magníficos templos que alberga o por esa inmensa fuente de Abajo. Lo mismo da, el caso es asomarse a esta localidad alcarreña y dejarse llevar. Merece mucho la pena.
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Cómo llegar a Fuentelencina
En la autovía A-40, pasada la población de Tarancón, tomamos el desvío que nos conduce hasta Barajas de Melo, todavía en la provincia de Cuenca. Ya en la carretera CM-200, seguimos sin descanso hasta llegar a la localidad. Pronto cruzamos a Guadalajara, pasando después por las villas de Albalate de Zorita, Almonacid de Zorita y la bellísima Pastrana. A escasos kilómetros se halla la N-320, una de las arterias más importantes de Castilla-La Mancha. Es un pueblo bien comunicado. Posee un total de 324 habitantes (INE 2023), los cuales pertenecen a la comarca de la Alcarria.
Qué ver en Fuentelencina
Realizamos la excursión tras visitar el cercano pueblo de Moratilla de los Meleros. Antes de adentrarnos en el núcleo urbano, pasamos por el encantador parque del Molino. En sus alrededores había una multitud de gente plantando árboles. Primera gran sensación, el pueblo unido trabajando por el bien de la localidad. Pusimos rumbo al interior del casco urbano.
Una vez estacionado el auto en la plaza Mayor, comenzó el zascandileo. Primero, por supuesto, por este maravilloso espacio. Después de beber agua de la hermosa fuente, empezamos a contemplar las casas de colores, los balcones y los soportales. Finalmente la vista se fue hacia un espectacular inmueble declarado Bien de Interés Cultural en 1991. Nos referimos al ayuntamiento de Fuencaliente (s. XVI). De estilo renacentista, destacan sus dos plantas presididas cada una por ocho columnas de piedra. Balconada de madera y portada de doble arco coronada con tres escudos, el del emperador Carlos I, el de la villa y el de la Orden de Calatrava. Sin duda, una de las casas consistoriales más impresionantes que hemos visto.
Tomamos la calle Iglesia, desembocando en el templo más importante que ver en Fuentelencina. La iglesia parroquial de la Asunción (s. XVI) también se declaró, en 2002, Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. Posee tres naves de cinco tramos. En el exterior destaca su enorme torre de cuatro cuerpos, la cual está coronada por un elegante chapitel. Por dentro es necesario caerse rendido ante su precioso retablo mayor. Existe la creencia de que su autor fue Francisco Giralte. Es de estilo plateresco, estando conformado por diversas pinturas y esculturas de gran interés.
Poco tardamos en asomar a la calle Fuente y bajar a contemplar una espectacular muestra del patrimonio civil de Fuentelencina. Nos referimos a la fuente de Abajo, antaño conocida como fuente de Suso. Tras varias reformas, adquiere su aspecto actual en el siglo XVI. El espacio consta de forma rectangular, albergando un gran muro al fondo que posee seis caños, los cuales salen de esculturas con forma de cabeza de león. Estos vierten el agua en seis pozos que, a su vez, dan a parar a un gran pilón. Desde el mismo pilón, finalmente, el agua fluye a través de diversos canales, desembocando en un lavadero cuadrado. Al igual que los anteriores monumentos, es Bien de Interés Cultural desde 1990.
Subimos toda la calle de nuevo, pasando por el parque del Vallejo, hasta llegar a la carretera. Una vez cruzada, nos topamos con la ermita de la Soledad (s. XVIII). Se encuentra junto al parque homónimo. Consta de planta cuadrada con tejado a cuatro aguas y portada de medio punto. La citada portada está rematada con un frontón triangular. Sobre él, se apoyan tres calaveras que aguantan otras tres grandes cruces, representando el monte del Calvario. Fachada muy vistosa.
A mano izquierda tomamos la calle Murallas. Detrás de unos edificios observamos un lienzo de muralla. Se trata de la Mora Cantana. Antiguamente rodeaba toda la villa, poseyendo también diversas torres de piedra y puertas de acceso. Se encuentra en la parte más alta del pueblo. Seguimos rectos hacia la plaza de la Paz y volvimos a cruzar la carretera para volver al auto, atravesando por la Solanilla.
Tras arrancar, volvimos a la vía CM-200 y, a la altura del parque de la Soledad, giramos a la izquierda por un camino asfaltado. Este conduce hasta el cementerio de Fuentelencina, pero no era nuestro destino. Cerca se halla la ermita de San Agustín, patrón de la localidad. Se levantó en el año 2008. Su única nave está precedida de un bello porche sujeto por dos bloques de piedra. Destacan los poderosos contrafuertes de sus muros laterales.
Así pues, concluyó nuestra visita a esta villa de la Alcarria. Muy hermosa. Su patrimonio religioso y civil nos dejó maravillados. Parada obligatoria si uno se deja caer por estos lares. No hay excusa, pues está muy bien comunicada. Rememorando sus rincones nos despedimos. Estos lugares hacen que todo merezca la pena.
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