Hellín, huella árabe entre los tambores
Viajamos a la segunda mayor población de la provincia de Albacete, después de su capital. Tamaño distintivo equivale a un término municipal enorme, el cual alberga numerosas maravillas arquitectónicas y naturales. La ciudad de Hellín nos traslada a su pasado árabe en la zona del cerro del Castillo, ofreciendo una variedad de estilos muy interesante en el resto de sus principales edificios históricos. No podemos olvidarnos de su Semana Santa (Tamborada), declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. A pesar de estar más alejados de la localidad, cuesta obviar tesoros de los alrededores como el Tolmo de Minateda o el volcán de Cancarix. Mucho por recorrer, ¡acompáñanos!
Contenidos del post
- 1 Cómo llegar a Hellín
- 2 Qué ver en Hellín
- 2.1 La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el santuario de Nuestra Señora del Rosario
- 2.2 El barrio con más encanto de Hellín, San Rafael
- 2.3 Poco queda del castillo de Hellín
- 2.4 El museo Comarcal de Hellín
- 2.5 Seguimos con la ruta de casas señoriales
- 2.6 Otros lugares de interés en el término municipal
- 3 Semana Santa y Tamborada de Hellín
Cómo llegar a Hellín
Como gran población que es, Hellín está muy bien comunicada, siendo uno de los ejes fundamentales del sur de la provincia. La principal arteria que circula por junto a la ciudad es la A-30 o autovía de Murcia. Nace en la ciudad de Albacete, dejando atrás localidades como Pozo Cañada o Tobarra hasta bordear Hellín. Posteriormente continua su trayecto adentrándose en la comunidad autónoma de la Región de Murcia. Otra importante carretera que atraviesa la ciudad es la CM-412. Comienza en la provincia de Ciudad Real, muy cerca de su capital, discurriendo a través de importantes villas como Almagro, Valdepeñas, Villanueva de los Infantes o Villahermosa. Una vez cruza a la provincia de Albacete, circula por poblaciones como Riópar, muy cerca del Nacimiento del Río Mundo, o Elche de la Sierra hasta que llega a Hellín. Después sigue su camino por Albatana, Ontur, Fuente-Álamo y Montealegre del Castillo, desembocando finalmente en Almansa. La vía CM-313 concluye en Hellín. Parte de las cercanías de Munera, cruzando la provincia de Albacete por pueblos como Lezuza, San Pedro, Pozuelo, Pozohondo o Nava de Abajo. La carretera CM-3213 también finaliza en la ciudad. Su nacimiento se produce en la sierra del Segura, muy cerca de villas entrañables como Ayna o Alcadozo. Discurre también por localidades de interés como Liétor.
Otras carreteras provinciales nos llevan a varias de sus pedanías, y es que Hellín tiene nada más y nada menos que doce. Estas son: Agra, Agramón, Cañada de Agra, Cancarix, Isso, La Horca, Las Minas, Minateda, Mingogil, Nava de Campaña, Rincón del Moro y Torre Uchea. Posee una población de 30 516 habitantes (INE 2023), los cuales pertenecen a la comarca de Campos de Hellín.
Qué ver en Hellín
Nos adentramos en el núcleo urbano por la calle Melchor de Macanaz y pusimos rumbo al centro histórico. Nos costó aparcar, pero finalmente pudimos hacerlo en la calle Arquitecto Justo Millán Espinosa. Atravesando la plaza Nueva salimos rápido a la calle Doctor Rabal. Al comienzo de esta esta vía nos topamos con uno de los edificios civiles más significativos del Hellín, su casa consistorial. En 1932 concluyó su construcción, levantada en el mismo lugar donde se localizaba el antiguo ayuntamiento. Destaca la hermosa cúpula que corona su fachada, así como la escalera imperial de su interior.
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el santuario de Nuestra Señora del Rosario
Este edificio también da a la plaza de la Iglesia, pero, como su propio nombre indica, el protagonista de este espacio es el mayor templo de Hellín. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción (s. XVI) posee varios estilos arquitectónicos. El gótico podemos admirarlo en los arcos apuntados de las naves laterales. El renacentista, por ejemplo, en su fachada principal, obra de la escuela de Andrés de Vandelvira. Destaca su portada de dos cuerpos. En el inferior encontramos dos hornacinas a cada lado flanqueadas por columnas de orden corintio. En el superior existe una hornacina a cada lado y en el medio una imagen de la Virgen, el Arcángel y una alegoría de Dios. Su escalinata de acceso (s. XIX) fue obra de Justo Millán, arquitecto local. Posee tres naves con planta basilical y cabecero poligonal. Merece la pena reseñar las poderosas columnas de su interior, así como la capilla del Sagrado Corazón y la imagen del Cristo Yacente, obra de Mariano Benlliure.
Salimos por la puerta del lateral contrario. Íbamos en busca de otro importante edificio religioso que ver en Hellín. A través de la calle El Cinto aterrizamos en el santuario de Nuestra Señora del Rosario (s. XVI). Se ubica al sur del antiguo castillo almohade. En su origen fue una pequeña ermita de una sola nave, pero fue ampliándose, principalmente en dos épocas. En la primera mitad del siglo XVIII se realiza parte del edificio actual, de marcado estilo barroco, como se puede comprobar en el camarín de la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad. En el siglo XIX se produce otra importante reforma llevada a cabo por el arquitecto Justo Millán, visible principalmente en la portada y su hermosa torre. Consta de planta rectangular y tres naves, estando la central decorada con unos interesantes frescos.
Esta vez escogimos la calle Barrionuevo para descender al siguiente punto de interés, no sin antes pasar por el callejón del Beso. Terminamos en la plaza de San Francisco, nombre que da una importante pista. En efecto, estamos hablando del convento de Franciscanos o de Nuestra Señora de los Ángeles (s. XVI), el más importante de la diócesis de Cartagena. Destaca su iglesia de planta basilical y nave única cubierta con bóveda de cañón. Son muy hermosos el coro y el camarín de estilo rococó, que alberga la imagen de la Inmaculada Invicta, del escultor Fernández Andes. Entre el resto del recinto monacal es de interés el claustro de dos plantas. El convento se encuentra a día de hoy en desuso.
En la misma plaza de San Francisco se ubica la casa Salazar (s. XVII-XVIII), a día de hoy muy deteriorada, y el monumento al Nazareno. En pocos metros apareció ante nosotros la casa Perier (s. XVIII-XIX), ubicada en la calle homónima y buena muestra de la arquitectura solariega que puebla Hellín. Posee tres plantas y una fachada admirable, donde sus balcones con rejería ondulante de estilo barroco son una maravilla. Desembocamos en la plaza Puerta de Ali y, callejeando un poco más, volvimos a la plaza de la Iglesia.
Nos asomamos a la calle Don Jerónimo para echar un vistazo a la casa del Conde, llamada así porque perteneció al conde de Lumiares. En la actualidad alberga el museo de Semana Santa y Tambor. A través de la calle Lumbre aterrizamos en la plaza de las Monjas, donde se localiza el antiguo convento de Santa Clara (s. XVII). Es reseñable la fachada de su iglesia, obra del citado arquitecto Justo Millán. En 1980 las monjas se trasladan a otro convento debido al mal estado del mismo. Tras ser restaurado en 1986, a día de hoy acoge un centro socio-cultural y la biblioteca pública municipal.
El barrio con más encanto de Hellín, San Rafael
Ascendimos por la cuesta de los Caños. Aquí reposan dos inmuebles de interés: la casa del General Cassola (s. XIX) y la casa de Melchor de Macanaz y Montesinos (s. XVI). Seguimos la ascensión por otro punto simbólico de la ciudad, la preciosa cuesta de San Rafael, cuyo final corona la ermita de San Rafael (s. XVII), patrón de Hellín. Es un templo sencillo, con nave única cubierta con bóveda de cañón con lunetos y planta de cruz latina. Además de su fachada encalada, el detalle más simbólico de la ermita es la talla que preside, a caballo entre San Rafael y San Miguel. Merece la pena reseñar la colección de pinturas y esculturas que alberga en su interior.
Esta es una zona de tradición alfarera. Nos perdimos por calles como Barranco, Unión y Alfarerías. Esta última vía era donde se concentraba la mayor parte de la actividad alfarera. La producción de todo tipo de utensilios con este material fue muy abundante en Hellín durante los siglos XVII, XVIII y el primer tercio del XIX. Resulta muy reseñable la cerámica relacionada con la vajilla de mesa, es decir, jarras, fuentes, platos, etc. Finalmente desembocamos en otro importante templo que ver en Hellín: la iglesia de San Roque (s. XIX).
Poco queda del castillo de Hellín
Se ubica en la plaza homónima, resultando llamativa por su poderosa torre y su cúpula, cubiertas con teja árabe. En su interior destaca el retablo renacentista más antiguo de Hellín y la imagen del Cristo de Medinaceli, de gran devoción entre la población. Deshicimos el camino por calles como Cruz, Bernales y Ruiz, para adentrarnos en el pasado árabe de la ciudad. En la confluencia de las calles Canalón, Salvador y Puerta de Alcaraz encontramos la torre Albarrana, exenta de muralla. Callejeando por esta zona, probablemente la más elevada de la localidad, pudimos contemplar los vestigios del antiguo castillo almohade de Hellín (s. X-XI). A partir del siglo XV fue deteriorándose y utilizándose para otros fines. A día de hoy se pueden encontrar restos junto a lugares tan variopintos como el tejado de una vivienda. En su interior se construyó el depósito municipal de agua.
No somos precisamente diestros en el arte de la orientación. Necesitábamos volver a la plaza de la Iglesia y no nos aclarábamos. Total, que tiramos de hospitalidad hellinera y un agradable muchacho nos indicó. Una vez en el punto que queríamos, tomamos la calle Rabal. En el número doce encontramos la última obra del arquitecto local, nombrado ya varias veces en el post, Justo Millán Espinosa. En este inmueble de tres plantas y estilo ecléctico-modernista murió el artista. Al final de esta calle encontramos el casino cultural, otra importante manifestación del patrimonio civil de Hellín. Siguiendo por la calle Benito Toboso, llegamos a uno de los lugares más interesantes de la ciudad.
El museo Comarcal de Hellín
Se ubica en un precioso edificio de estilo modernista que fue rehabilitado entre 1991 y 1995, año en que comenzó su andadura el museo. Consta de tres plantas y una preciosa puerta de madera tallada, además de una cancela forjada con apliques que da acceso al recinto. En la planta baja se ubica la sala de exposiciones temporales y la de audiovisuales. La primera planta, y la más importante, está dedicada a la arqueología. Se pueden admirar restos de diferentes yacimientos que datan de distintas edades como el Paleolítico Inferior, el Paleolítico Medio, el Neolítico, la Edad de Bronce o la época romana. Finalmente, la planta superior corresponde a la etnología. Destacan en esta parte la cerámica popular, así como los objetos que están relacionados con la alpargatería, y es que el trabajo del esparto fue muy importante en Hellín.
Horario:
- De martes a viernes: 11:15-13:30 y 19:15-21:00.
- Sábados y domingos: 11:15-14:00.
- Lunes y festivos: Cerrado.
Teléfono y email: 967 30 46 30 – 967 30 05 36 / [email protected]
Precio: Gratuito.
Quedaba un último tramo de ruta donde abundaban las casas señoriales. Nos desviamos a la derecha por la calle Águila, y en el número treinta, frente al mercado de Abastos, contemplamos un precioso edificio residencial de estilo ecléctico. Se levantó en el primer tercio del siglo XX, presentando una fachada muy vistosa. En ella merece la pena recalcar su balcón y las ventanas que lo flanquean. Cruzando el mercado nos asomamos para ver la casa Lillo (s. XIX), obra de Justo Millán, será por eso que está localizada en su calle. Es destacable la rejería de los balcones de la segunda y tercera planta. Cuando realizamos la visita, la fachada se encontraba en muy malas condiciones.
Seguimos con la ruta de casas señoriales
Cruzamos a la calle Tesifonte Gallego para ver, en el número 26, la casa del Notario. Se construyó entre finales del siglo XIX y principios del XX en estilo ecléctico. Su fachada es muy hermosa, siendo reseñable la decoración del tercer piso y la terraza. Justo enfrente, en el número 21, se halla la antigua Fonda de Cayetano Carrión, que antaño fue un hotel. Seguimos por la calle Juan Martínez Parras para llegar a la casa donde vivió Justo Millán (s. XIX). Resulta preciosa la decoración en escayola que existe sobre los tres balcones del primer piso. Los herederos del arquitecto siguen viviendo en ella.
Continuando por la misma calle se llega a una pequeña plaza con un bello mural incitando a la visita de Hellín durante su Semana Santa. Recto por la misma calle Juan Martínez Parras aterrizamos en la casa de Matilde Izquierdo (s. XIX-XX). La rejería que puebla su fachada en ventanales y balcón es digna de admirar. También es interesante el escudo de la Orden de Santiago que existe entre el primer piso y el segundo. Hoy en día alberga diversas dependencias municipales.
Tras este buen rato de paseo nos dio por mirar el reloj y comprobamos que el tiempo apremiaba. Nos quedaba un largo camino de vuelta hasta la residencia donde pernoctábamos aquella noche, de modo que pusimos rumbo al auto. Puede que abandonásemos la villa, pero existen muchos lugares impresionantes en el término municipal de Hellín. Tocará volver a visitarlos.
Otros lugares de interés en el término municipal
El territorio que comprende el municipio de Hellín es de una riqueza natural e histórica impresionante. Podríamos hablar detenidamente de varios de estos puntos interesantes, pero bien merecen un post aparte para ampliar la información como merecen. Algunos ejemplos son:
- El Tolmo de Minateda: Es uno de los cinco parques arqueológicos que existen en Castilla-La Mancha y el único de Albacete. Este cerro se habitó desde la Edad de Bronce, siendo visibles los restos de distintas civilizaciones. Toda una experiencia la visita a esta ciudad. Mención especial para la basílica visigoda de los siglos VI y VII. Merece mucho la pena.
- Abrigo Grande de Minateda: También conocida como cueva de las Figuras, se trata de un área rocosa en la sierra de Cabeza Llana donde se hallan pinturas rupestres. Se catalogan dentro del arte rupestre del arco mediterráneo, declarado Patrimonio de la Humanidad, al igual que las de Villar del Humo, en la provincia de Cuenca. Fueron descubiertas por Juan Jiménez Llamas en 1914, estando al servicio de Federico de Motos y Henri Bueil. No existe acuerdo sobre si son de época epipaleolítica o neolítica. Una maravilla que hay que visitar en el término municipal de Hellín.
- El volcán de Cancarix: Esta formación geológica es de las más curiosas de sureste peninsular. El pitón volcánico merece ser visto, pues presenta una estructura vertical de lo más llamativa. Destacan las conocidas jumillitas, rocas volcánicas de una composición mineral extraordinaria.
- Eremitorio visigótico de La Camareta: Declarado Bien de Interés Cultural, se ubica en el pantano de Las Camarillas. Estuvo habitado entre los siglos IV y VII.
- Valles y ríos en Hellín: El río Mundo deja a su paso paisajes espectaculares, incluyendo puentes de interés como el de época romana en Isso. El pantano de Camarillas o los valles de Agramón y Las Minas son muy recomendables también.
Semana Santa y Tamborada de Hellín
Declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, supone una fecha marcada a fuego para todos los hellineros. Veintiséis cofradías y hermandades se visten de gala para salir en procesión y mostrar las imágenes, que reúnen un gran valor artístico y sentimental. Todo ello acompañado por la conocida Tamborada, una de las celebraciones más conocidas de España. Desde el Miércoles Santo al Domingo de Resurrección, más de 20 000 personas se reúnen para hacer sonar a base de redobles sus tambores. Pedanías cercanas como Isso y Agramón también celebran Tamboradas. Es una de esas fiestas que hay que ver al menos una vez en la vida.
Nos despedimos de Hellín. Uno de los municipios más completos en los que hemos estado. Segundo mayor volumen de población en la provincia de Albacete. Palabras mayores. Muy recomendable no perderse sus múltiples encantos.
SOBRE NOSOTROS
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Buenas
Es un pueblo que me encanta y sobre todo por tema familia
Mi abuelos paternos nacieron en Hellín, así como mi padre y mis tios.
Todos los primos sun viven allí.
Así que tengo ganas de volver y disfruta de la Tamborada y recorrer las calles que recorrió los años que me iba con mi abuela a pasar la Semana Santa
Bonita historia, Magdalena. Tienes buenas raíces, es un pueblo fantástico. ¡Un saludo!