Tobarra, la cuna del tambor
Sus orígenes árabes, su Semana Santa a golpe de tambor, el casco antiguo tan bien conservado, los tesoros ubicados en sus pedanías… Muchos son los factores que hacen a Tobarra un pueblo formidable, difícil quedarse con uno. De verdad que no exageramos. Quizás sea el encanto que tiene esta comarca albaceteña de los Campos de Hellín, el caso es que si viajas hacia el sur de Albacete o dirección Murcia, no tienes excusa para no hacer una parada y vivir un zascandileo de los que recordarás siempre.
Contenidos del post
- 1 El tambor como seña de identidad
- 2 Qué ver en Tobarra
- 2.1 El museo del Tambor en Tobarra
- 2.2 La calle Mayor y los «Arcos del Convento»
- 2.3 La plaza de España y la iglesia parroquial de la Asunción
- 2.4 Santuario de Nuestra Señora de la Encarnación y ermita del Cristo de la Antigua
- 2.5 El castillo de Tobarra y los «Ojos del Diablo»
- 2.6 El Reloj de la Villa
- 2.7 Eremitorio rupestre de Alborajico
- 2.8 Laguna de Alboraj
- 2.9 Saladar de Cordovilla
- 2.10 El Castellar de Sierra
- 3 La Semana Santa de Tobarra y su tamborada
- 4 Cómo llegar a Tobarra
El tambor como seña de identidad
104 horas ininterrumpidas de toque de tambor durante la Semana Santa. Un museo dedicado a este instrumento donde se pueden observar piezas de todo el mundo, incluidas algunas originarias de Tobarra que son joyas auténticas. Veamos, qué más… El monumento al Tambor ubicado en la avenida de la Constitución, obra del artista local Jesús Damián Jiménez Ramírez. Resulta muy complicado desligar esta localidad de un objeto prácticamente sagrado para sus habitantes, y es que en Tobarra se respira el toque de tambor. De hecho, en marzo de este año 2023 ha sido sede de las XXXVI Jornadas de Exaltación del Tambor y el Bombo.
Qué ver en Tobarra
Este pueblo se localiza entre los cerros de San Sebastián y San Cristóbal, aunque en todo su municipio podemos admirar maravillas, tanto naturales como arquitectónicas. Ya que hemos empezado hablando del tambor, vamos a añadir más información sobre los lugares de interés relacionados con este objeto en Tobarra.
El museo del Tambor en Tobarra
Cómo no iba a tener un museo dedicado al tambor este pueblo. Fue inaugurado en 1984, aunque es en 1995 cuando se traslada a su actual sede: la ermita de la Purísima (s. XVII), lugar de gran belleza interior debido a sus pinturas murales. Se encuentra en la calle Mayor y podemos encontrarlo abierto con entrada libre los domingos de 10:00 a 13:00. Consta de tambores e instrumentos de percusión de todo el mundo, totalmente artesanales y originales. También es posible apreciar la evolución de estos instrumentos en Tobarra a lo largo del tiempo, pues en la actualidad hay verdaderas joyas bañadas en oro y plata. En total son, aproximadamente, ochenta o noventa piezas.
La calle Mayor y los «Arcos del Convento»
Hemos mencionado que el museo del Tambor se encuentra en la calle Mayor. No es de extrañar, ya que es la principal arteria de Tobarra y donde las familias más importantes se asentaban. Cómo no, para demostrar esta importancia incorporaban en sus fachadas sus escudos señoriales. A día de hoy podemos distinguir varios, como los ubicados en el número veinticinco.
Muy cerca de la ermita de la Purísima, donde está el museo, se localizan los «Arcos del Convento», plaza donde se halla el antiguo convento franciscano de San José (s. XVII). Estuvo operativo hasta la desamortización del siglo XIX, teniendo varios usos hasta que el ayuntamiento compró el conjunto a finales de la década de los 80. Actualmente es sede de la Federación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa. Cuando visitamos Tobarra este espacio estaba engalanado con la exposición fotográfica, «Rituales», obra de Encarnación Núñez Ruiz.
La plaza de España y la iglesia parroquial de la Asunción
Nada más entrar en la plaza de España, centro neurálgico de la villa, y tras dejar atrás el ayuntamiento de Tobarra, nos encontramos con el monumento al Nazareno. Se inauguró en el año 2011, siendo obra de Jesús Damián Jiménez Ramírez, al igual que el monumento al Tambor.
En el otro extremo de la plaza dimos con la monumental iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción (s. XVI-XVII). A pesar de que actualmente posee un aspecto fantástico, no son pocos los desperfectos que ha sufrido a lo largo de los años, especialmente durante el siglo XX. La Guerra Civil hizo estragos en el templo, aunque la mayor tragedia se vivió en 1952 cuando la torre del campanario se derrumbó destrozando buena parte del conjunto.
En su interior conserva tallas de gran valor como la Virgen de la Dolorosa, obra de Francisco Salzillo, o Nuestro Padre Jesús Nazareno. Desde fuera, adornando el conjunto al lado de la portada principal hay una fuente elegante, aunque la encontramos sin agua.
Santuario de Nuestra Señora de la Encarnación y ermita del Cristo de la Antigua
Hemos de reconocer que subimos en coche, hacía calor y no apetecía ascender a pie hasta lo alto. El santuario de Nuestra Señora de la Encarnación nos esperaba en un entorno precioso. En nuestra humilde opinión, es la zona del casco urbano de Tobarra con más encanto. Empezamos por el paseo del Cristo de la Antigua, que alberga unas magníficas vistas de la población y da acceso al templo. Además, nos hicimos amigos de una ardilla que posó coqueta ante la cámara.
El santuario alberga las imágenes de la patrona y el patrón de Tobarra, es decir, la Virgen de la Encarnación y el Santísimo Cristo de la Antigua. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1982 y no es para menos, pues conserva varios tesoros en su interior. Un buen ejemplo es el artesonado mudéjar (s. XV) con decoración de lazo y piña en mocárabe o las pinturas murales (s. XVI) que hay en las paredes que lo sustentan, las cuales fueron restauradas en los años noventa.
No pueden faltar otras dos joyas. En primer lugar, el camarín de Nuestra Señora de la Encarnación, que posee los frescos mejor conservados. Estos datan de 1717 y fueron restaurados en 1881. En segundo lugar, el camarín del Santísimo Cristo de la Antigua (s. XVIII) de estilo rococó, cuya cubierta de perfil levantino posee tejas esmaltadas en azul y blanco. La imagen del Cristo fue destruida durante la Guerra Civil, por lo que la actual no es original. A pesar de ello se conserva un brazo de la talla primigenia. Otro elemento que debemos reseñar es el púlpito donde, según la tradición, predicó San Vicente Ferrer cuando visitó el templo en 1411.
Desde el exterior es posible apreciar más puntos de interés como el pozo del Cristo, el cual da a parar a la galería excavada en la roca donde se ocultó la imagen del Cristo de la Antigua. Según la leyenda, la talla llegó a Tobarra en el año 980 y se escondió en esta galería para que los musulmanes no la profanasen. Por último, conviene mencionar la torre de sillería, que contiene un arco lobulado, característico de la arquitectura musulmana.
El castillo de Tobarra y los «Ojos del Diablo»
En la misma cima del cerro de la Encarnación se ubican los restos del antiguo castillo de origen andalusí que había en Tobarra. A día de hoy el recinto es poco visible debido a la vegetación, pero todavía se conservan puntos admirables, como los «Ojos del Diablo». Se trata de los restos de una torre que, debido a la erosión, ha adoptado una forma curiosa como si tuviera dos columnas o «cuernos» en los lados. En el centro del recinto existen también las ruinas de otra torre que conserva tres de sus lados y en los extremos sureste y noreste apenas se distinguen los cimientos de otras dos.
Lo que sí se conserva bien es el llamado «Medio Celemín», balsa de regadío en la actualidad que hizo las veces de aljibe cuando el castillo servía como refugio para la población ante epidemias o invasiones. Ni qué decir tiene que las vistas desde esta posición son fantásticas.
El Reloj de la Villa
Enfrente del cerro de la Encarnación se aprecia muy bien otro de los monumentos importantes que ver en Tobarra: el Reloj de la Villa (s. XX). Se levantó en los años veinte del siglo pasado, hace casi cien años, para marcar las horas a los agricultores y ayudarles con los riegos. A día de hoy sigue dando la hora a todos los vecinos del pueblo y se puede escuchar a dos kilómetros de distancia, aproximadamente. Uno de los símbolos de la localidad.
No queremos abandonar el casco urbano de Tobarra sin recomendar dejarse caer por la iglesia de San Antón y la antigua iglesia de San Roque, sede esta última de la Sociedad Unión Musical Santa Cecilia. También por la ermita del Calvario, cuya importancia durante la Semana Santa de Tobarra es fundamental. Para los aficionados, siempre está la opción de visitar la plaza de toros cubierta, que consta de más de 150 años de antigüedad.
Eremitorio rupestre de Alborajico
Ya hemos zascandileado por el casco urbano del pueblo, ahora toca patear bien el municipio de Tobarra por algunas de sus pedanías para encontrar otros lugares de interés sorprendente. Pudimos llegar a algunos, a otros no. Uno de los que sí fue el eremitorio rupestre de Alborajico, también conocido como las cuevas de Alboraj.
Se trata de dos espacios excavados en la ladera del cerro. El primero, situado más a la izquierda, tiene una superficie muy amplia de veinticinco metros de largo por cinco de ancho. El existente a su derecha es más reducido, de unos seis metros cuadrados. Su origen es incierto, si bien se puede asegurar que se utilizó como eremitorio, se barajan teorías tales como la de que fueron construidas y habitadas por trabajadores de una cantera cercana o la de que fueron templos rupestres de época mozárabe. Sea como fuere merece una visita, además de por su espectacularidad, por las vistas que ofrece del entorno.
Laguna de Alboraj
Declarada microrreserva en el año 2000, la laguna de Alboraj es otro de los lugares especiales que hay que ver en Tobarra. Nosotros, desgraciadamente, fuimos tan torpes y tan miedosos que no supimos llegar sin meter el coche por algún camino complicado.
El sistema cuenta con dos vasos lagunares de origen kárstico, los cuales se inundan por el aporte de agua que tiene el acuífero. Su importancia medioambiental es muy grande, sobre todo por su flora, donde existen especies autóctonas como es el caso del helicantherrium polygonoides. En cuanto a su fauna podemos destacar el galápago leproso.
Saladar de Cordovilla
Aquí sí que nos fue imposible llegar, parecía que estábamos en la película de «La Isla Mínima». Infinidad de cruces de caminos y al final desistimos. A pesar de ello, merece la pena su visita, ya que es uno de los saladares de interior mejor conservados en España. La elevada aridez del medio, además de la naturaleza de los materiales del sustrato cargados de sales, proporciona mucha salinidad en estos suelos. La vegetación de la Reserva Natural de El Saladar de Cordovilla por tanto es principalmente halófila y halonitrófila, incluyendo especies gipsófilas como el albardinal salino o el endemismo que hemos citado antes, el helianthemum polygonoides, en peligro de extinción. Cuenta con una extensión de casi 300 hectáreas protegidas.
El Castellar de Sierra
En nuestro camino por intentar encontrar el saladar de Cordovilla, avistamos en lo alto de un cerro una gran torre: el Castellar de Sierra. Este castillo hispano-musulmán todavía conserva su torre principal de tapiel, además de otros lienzos de muralla y aljibes. La ubicación, a más de 700 metros de altura, resulta espectacular por estar en una cresta rocosa.
Como se puede comprobar, Tobarra alberga muchos encantos tanto en su casco urbano como en su término municipal que incluye seis pedanías. Así que es hora de ir planificando un zascandileo por esta maravilla de pueblo.
La Semana Santa de Tobarra y su tamborada
Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, la Semana Santa de Tobarra es el acontecimiento más importante para todos los vecinos y familias del pueblo. Quince cofradías y hermandades englobadas en una federación que propicia una de las festividades de este tipo más importantes en Castilla-La Mancha. Destacan actos como la bendición que realiza la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno durante la procesión al Calvario en Viernes Santo o la bajada del Cristo de la Caída en Jueves Santo, dos de los momentos donde cesa el toque de tambor.
La tamborada de Tobarra
Imagínate 104 horas de toque de tambor. Parece algo titánico. Pues en Tobarra se realiza todos los años durante su Semana Santa desde las cuatro de la tarde del Miércoles Santo hasta las doce de la noche del Domingo de Resurrección. Cientos de tambores sonando al unísono en cuadrillas con sus túnicas de colores, luciendo sus artesanías con forma de instrumento. Ya hemos comentado antes la importancia del tambor en esta localidad, es algo que se lleva muy dentro.
Cómo llegar a Tobarra
La maneras más sencilla de aterrizar en Tobarra es a través de la autovía A-30, que nace en la ciudad de Albacete y concluye en Cartagena (Murcia). Esta gran arteria circula en paralelo a la Nacional 301, de hecho la carretera que cruza el casco urbano es esta última. Otras vías cercanas como la CM-3215 o la AB-401 nos conducen a poblaciones cercanas como Ontur. También es posible tomar dirección a Hellín y de ahí llegar al pueblo, pues la distancia entre ambas villas es escasa.
Cuenta con una población de 7824 habitantes (INE 2023), los cuales pertenecen a la comarca de Campos de Hellín. Seis son las pedanías que pertenecen a Tobarra: Aljubé, Cordovilla, Los Mardos, Mora de Santa Quiteria, Santiago de Mora y Sierra.
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