Villar del Humo, encanto serrano
En nuestro primer verano con el blog vivimos un fin de semana muy especial en la serranía de Cuenca. Visitamos el pueblo de nuestro amigo Joaquín Calatayud. Antiguo compañero de trabajo de uno de estos dos zascandiles y documentalista como la copa de un pino. Villar del Humo nos dejó con la boca abierta. Entorno y gente de diez.
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Cómo llegar a Villar del Humo
Llegamos al municipio desde Cuenca por la N-420 dirección Teruel, una vez dejados atrás pueblos como Mohorte, Fuentes o Cañada del Hoyo. En Carboneras de Guadazón tomamos la CM-2109 hasta Cardenete y, al llegar a este pueblo la CUV-5014 para arribar a nuestro destino. Villar del Humo cuenta con 186 habitantes (INE 2023) y posee un extenso término municipal lleno de parajes naturales espectaculares, entre los cuales destacan los incluidos en su Parque Cultural, donde se encuentra localizado el arte rupestre del arco mediterráneo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En 2017 se está celebrando el centenario de su descubrimiento. Nos encontramos, concretamente, en la comarca de la Serranía Baja de Cuenca.
Qué ver en Villar del Humo
Aterrizados en el pueblo aparcando en la plaza de Arriba, donde nos esperaba el primer lugar de interés para acudir y, de paso, saciar la sed que nos otorgó el viaje. Hablamos de la fuente de origen romano que, mediante su incesante chorro, sacia a los vecinos a cualquier hora del día. Junto a ella, se encuentra ubicado el lavadero municipal. En esta plaza ya pudimos observar alguna casa de viguería externa, característica del estilo serrano imperante en la zona.
Dejamos los bártulos en casa de nuestro anfitrión y de paso conocimos a dos personas con las que también convivimos aquel fin de semana. Su abuela Carmen y su hermana María. Realmente encantadoras las dos.
Salimos a patear el pueblo guiados por nuestro amigo Joaquín, que empezó a sacar la artillería pesada desde el principio llevándonos a una vía preciosa. La calle de los Puentes es de lo más vistoso que han contemplado estos pobres zascandiles. Las pasarelas que unen los hogares con la calzada, además de las plantas colocadas a lo largo de vía, conforman un paisaje urbano espectacular.
Girando a la izquierda continuamos por la calle Era Marivital, en la parte más alta del pueblo. Desde aquí tuvimos acceso a unas vistas muy bellas de todo su conjunto y el entorno natural que lo rodea. El municipio tiene una ubicación prodigiosa: valle entre el río Cabriel y sus dos afluentes, Mesto y Vencherque, abrazado por la sierra de las Cuerdas. La cámara tiraba fotos sola. Seguimos por esta vía hasta que se convirtió en camino, alejándonos de la zona urbanizada. En el primer cruce, torcimos a la izquierda para regresar atravesando la placilla de toros. Pateando un poco más llegamos a las escuelas, lugar donde está ubicada la pista polideportiva, el consultorio médico y la sede de la Asociación Cultural Kelatza.
Merece la pena destacar la cantidad de locales que vimos cerrados. Nuestro guía Joaquín nos iba contando los negocios que fueron en su día y, en definitiva, la vida que ha ido perdiendo el pueblo con el paso de los años, como ha ocurrido en decenas de municipios más, afectados por la emigración. A pesar de ello, Villar del Humo conserva su encanto serrano y un buen puñado de gente afable.
A través de la calle Cruces llegamos a la plaza de la Constitución (la plaza de abajo), donde vimos el ayuntamiento y otro punto clave, el bar “Pinturas Rupestres”. Ya sabéis, lo nuestro con los bares es una relación muy estrecha. Anduvimos un poco más para llegar a otro lugar de interés, además del monumento más representativo de la villa, la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Es una construcción de torre cuadrada y ventanales semicirculares sobre la cornisa. Cabe mencionar también que la patrona del pueblo es la Virgen del Rosario.
Callejeamos hasta bajar al río, donde tomamos un descanso sentados escuchando el fluir del Vencherque. Desde aquí discurre un sendero rural que merece la pena recorrer. Volvimos al pueblo y terminamos de verlo a buen ritmo, pues se hacía de noche y habíamos quedado para cenar en el bar anteriormente citado. Terminamos el día cenando barbacoa en el “Pinturas Rupestres”, con la hermana de Joaquín, María, y sus amigos. Posteriormente nos trasladamos con los amigos de nuestro anfitrión, al otro bar del pueblo, el “antiguo Juanito”, en el que tomamos un café y unos combinados para facilitar la digestión de tal copiosa cena. Un auténtico diez todas estas personas, nos hicieron sentir como en casa.
De este modo concluimos el repaso por el pueblo de Villar del Humo, cuyo encanto serrano nos dejó absolutamente cautivados, pero no fue lo único que nos volvió locos este fin de semana. Al día siguiente nos esperaba por la mañana el arte rupestre levantino y por la tarde las Chorreras del Río Cabriel. Además del paseo fluvial del río Vencherque, el cual visitamos la mañana posterior. Todo ello conformó un fin de semana magnífico, de los más especiales que hemos vivido en Zascandileando.
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