Villarrobledo, el patrimonio más rockero está en Albacete
Toca visitar una de esas grandes villas manchegas, repleta de monumentos y lugares con encanto. Hacia Albacete nos desplazamos, al extremo noroccidental de la provincia. Allí nos dejamos maravillar con el impresionante patrimonio arquitectónico de Villarrobledo, declarado Conjunto Histórico Artístico. Destacan templos como la iglesia de San Blas o el santuario de Nuestra Señora de la Caridad, además de edificios de interés como el Ayuntamiento o el Gran Teatro. Mucho por ver en la casa del conocido festival Viñarock.
Contenidos del post
Cómo llegar a Villarrobledo
Al ser uno de los grandes pueblos de La Mancha, está muy bien comunicado. Nosotros llegamos por la autovía A-43, que circula desde la localidad de Puertollano, en la provincia de Ciudad Real, hasta la de Atalaya del Cañavate, ya en Cuenca. Otras vías que nacen de su casco urbano son la CM-3121, la CM-3119, la CM-3123, la AB-707, la CV-C4 o la C-11. Todas ellas conducen a municipios cercanos, con la particularidad de que pueden pertenecer a tres provincias distintas. Estas son la propia Albacete, Ciudad Real y Cuenca. Podemos aterrizar en Minaya, Munera y Ossa de Montiel, por parte de la misma Albacete; en Tomelloso, Argamasilla de Alba y Socuéllamos, si queremos cruzar a Ciudad Real; o a Las Mesas, El Provencio y San Clemente si apetece subir hacia Cuenca. Posee una población de 25 189 habitantes (INE 2023), lo cual la convierte en la tercera más numerosa de toda la provincia. Pertenece a la comarca de Mancha Júcar-Centro.
Qué ver en Villarrobledo
Nos adentramos en su núcleo urbano y aparcamos en la calle Virrey Morcillo. Empieza el zascandileo tomando la calle Dos de Mayo para desembocar en el primer gran templo de Villarrobledo. Nos referimos a la iglesia de San Sebastián, ubicada en la placeta homónima. Es muy vistoso el porche de su portada principal, así como su esbelta torre.
Bajamos por la calle Alfarerías Bajas para desembocar al poco tiempo en la plaza de la Constitución. Allí descansa uno de los edificios más representativos del patrimonio civil de la villa. Hablamos del Mercado Municipal de Abastos. De inspiración neoclásica, fue construido en 1930 y declarado Bien de Interés Cultural. Posee dos plantas, patio central y sótano.
Salimos a la calle Octavio Cuartero para asomarnos a otro hermoso templo que ver en Villarrobledo. La iglesia de Santa María, localizada en la plaza del mismo nombre, es de las más modernas del municipio. Esta característica se puede apreciar en su arquitectura o en sus muros encalados.
El Gran Teatro de Villarrobledo
Vuelta atrás a la calle Octavio Cuartero para tomar la calle Virgen. A escasos metros nos esperaba el Gran Teatro. Fue levantado en 1916 por el Barón de Quito. Merece la pena reseñar su hermosa fachada modernista. Actualmente es el principal foco del ocio en la localidad, pues alberga distintos espectáculos relacionados con el teatro, la música y la cultura.
Desembocamos en la calle San Bernardo para seguir maravillándonos con la arquitectura de Villarrobledo. Le tocaba el turno al Círculo Mercantil, otro bello edificio de principios del siglo XX con claro corte neoclásico. Se levantó sobre una antigua tercia, sirviendo de sede a la Sociedad del Círculo Mercantil para las reuniones y el ocio de la burguesía.
A muy pocos metros, el monasterio de la Purísima Concepción y San Bernardo (s. XVI). Fue edificado sobre los restos del antiguo Hospital de la Caridad, siendo el primer convento fundado en la villa. De estilo renacentista, posee una iglesia de nave única, en cuyo interior se guarda la imagen del Cristo de Medinaceli.
El ayuntamiento y la iglesia de San Blas
Por la travesía de San Bernardo y la calle Arco Zapata desembocamos en la plaza Ramón y Cajal. En nuestra opinión es el mayor punto de interés que posee Villarrobledo, ya que alberga dos de los edificios más emblemáticos. Uno civil y otro religioso. El primero es el Ayuntamiento (s. XVI), joya renacentista declarada Bien de Interés Cultural. Por dentro destaca su claustro, recientemente reformado. En el exterior merece la pena reseñar la arcada de su fachada con doble arquería. También es de obligada admiración los distintos escudos esculpidos, como el de los Austrias.
Justo delante, el gran templo del municipio. La iglesia de San Blas (s. XVI) sorprende al turismo por su aspecto catedralicio. En ella conviven distintos estilos, entre los que se encuentran el gótico, el renacentista y el barroco. Fue declarada Monumento Nacional en 1977. En la construcción se puede apreciar el sello del genial Andrés de Vandelvira. Son de obligada mención la monumental portada sur y el espectacular retablo mayor de estilo barroco (s. XVIII). El interior posee planta de salón, con tres naves separadas por columnas.
Salimos hacia la calle Santa Clara para asomarnos al convento de Santa Clara y la iglesia de San Juan. Fue fundado en 1612 y construido en estilo renacentista. El templo alberga en su interior la imagen de la Virgen de la Teja. En la cercana calle Pedregal hallamos la casa de los Romero Alarcón, de fachada señorial. Otras casas solariegas cercanas pueden encontrarse en la calle Enrique Arce, una de las más bellas que ver en Villarrobledo.
Santuario de Nuestra Señora de la Caridad
Esta última calle es paralela a Virrey Morcillo, donde teníamos el auto aparcado. Para ver los encantos de la zona norte decidimos acortar tiempo yendo motorizados. Estacionamos en las inmediaciones del paseo de la Virgen, cerca del campo del fútbol del C.P. Villarrobledo. Enfilamos hacia el santuario de Nuestra Señora de la Caridad (s. XVI), dejando atrás el hermoso parque homónimo. Este templo, declarado Bien de Interés Cultural, fue reconstruido en el siglo XVIII sobre los restos de la antigua ermita de estilo mudéjar. De hecho aún conserva algunos elementos suyos. En su interior se cobija la patrona de Villarrobledo, que da nombre al templo. Merece la pena echar un vistazo a la peana de plata maciza sobre la que descansa la imagen. Representa el cerro del Potosí y fue regalada por el virrey del Perú, Diego Morcillo, oriundo de la localidad.
Bajamos a la calle Tinajeros para llegar al Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera. Este oficio fue muy importante durante cuatro siglos en la villa. Se localiza en un antiguo horno tinajero reformado. Se pueden visitar tres secciones: la olla de combustión, el horno de cocer y el obrador. Muy cerca, el parque de los Tinajeros.
Lo cruzamos para ver los últimos dos templos de nuestra excursión. Primero la ermita de Nuestra Señora de las Angustias, en el paseo del Cementerio. Después, ya en el mismo camposanto, la ermita de Santa Ana. En una rotonda cercana descansa el Arco de Moharras y, más allá, la gran explanada donde se organiza uno de los festivales de música más importantes de España, el Viñarock.
Nos despedimos recordando nuestros años mozos, cuando veníamos a Villarrobledo a disfrutar de los conciertos y la fiesta. A día de hoy, más veteranos, hemos podido comprobar su tremendo patrimonio arquitectónico. Sin duda un destino importante para el turismo. No defrauda. Uno de los pueblos más bellos de Albacete.
SOBRE NOSOTROS
PUBLICIDAD