Portilla, mirando hacia las estrellas
Nada más entrar en la localidad de Portilla, en el extremo oeste de la comarca de El Campichuelo, un cartel nos anuncia el pueblo como destino Starlight, es decir, que es un perfecto observatorio de estrellas. Lamentablemente, no pudimos verlo de noche. Aun así, por el día, guarda innumerables encantos en sus calles serranas. El edificio del ayuntamiento o la iglesia de San Miguel Arcángel son buenos ejemplos de ello. Nos dejamos inundar por un entorno natural espectacular. Empieza el zascandileo.
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Cómo llegar a Portilla
Partimos desde la Ciudad Encantada hasta salir a la vía CM-2105, una de las más importantes de la serranía de Cuenca. En vez de ir dirección Uña y Nacimiento del río Cuervo, giramos para descender a Villalba de la Sierra tras dejar atrás el Ventano del Diablo. En esta villa tomamos el desvío para llegar a una rotonda que señala la carretera CUV-9114, la cual nos conduce directa hasta Portilla. Posee una población de 58 habitantes (INE 2022). Pertenece a la comarca de Serranía Media-Campichuelo y Serranía Baja.
Qué ver en Portilla
Nada más adentrarnos en el núcleo urbano paramos para hacer foto a los carteles informativos típicos de las localidades serranas. Mientras tanto, una muchacha se nos acercó preguntando nuestros quehaceres. Tras contarle en qué andábamos metidos, nos indicó los lugares de mayor interés en la localidad. Muy agradecidos. De este modo, pusimos rumbo al centro neurálgico de localidad, la plaza del Cristo.
Tras estacionar el auto, fuimos al extremo del espacio, donde nos esperaba el templo del municipio. Antes de llegar, junto a las escaleras de acceso, una hermosa fuente. Aparecía ante nosotros la iglesia de San Miguel Arcángel. La portada que vemos nada más subir las escaleras tiene trampa. Pues no conduce directamente al interior, sino a un pasillo que lleva a otra puerta, la cual ya sí precede al interior del templo. Esta entrada conducía anteriormente al cementerio que existe anejo a la iglesia, el cual ya nos se encuentra en uso. Consta de una sola nave con planta rectangular. Su interior está muy reformado debido a dos importantes incendios sufridos en el último siglo.
Bordeamos el edificio religioso y salimos a la calle de la Nevera. Subimos por recomendación de la muchacha que nos encontramos al inicio del zascandileo. Al final de la vía desembocamos en un espectacular mirador. Vista privilegiada del entorno natural de la localidad. Una maravilla. Descenso calle a calle hasta cruzar la plaza del Cristo.
Tomamos la calle Las Majadas para ascender hasta la manifestación más importante del patrimonio civil que ver en Portilla. Nos referimos a su casa consistorial. Clásica construcción de dos plantas con balconada y reloj en la fachada. Está pintado con un agradable color amarillo zascandil. Posteriormente tomamos la calle Alta bordeando el extremo norte del casco urbano.
Ante nosotros apareció un desvío que marcaba el inicio del Sendero Oficial PR-CU 30, conocido como Ruta del Gollizno y las Canteras. Es circular y posee unos 12,5 kilómetros de longitud. Sin duda un gran aliciente para el término municipal. Pospusimos la incursión para otro día y aterrizamos en una importante zona de ocio. De primeras observamos una fuente con abrevadero fechada en 2003 y el campo de juego de bolos de la villa, en regular estado debido a la maleza que lo cubría.
Lo siguiente que hicimos fue entrar al bar para tomar un refrigerio. Mientras terminábamos la consumición, contemplamos una partida de truque, juego tradicional de cartas al que jamás hemos practicado. Salimos y vimos cerrado el centro de interpretación del Yacimiento Paleontológico de Portilla. Se abrió hace un par de años, formando parte de la conocida Ruta de los Dinosaurios de Cuenca, junto a otros municipios como Fuentes o Buenache de la Sierra.
Dejamos atrás un pequeño parque y la pista polideportiva con frontón, para volver, a través de la plaza de San Roque y la calle Real, a la plaza del Cristo. De este modo, pese a no poder quedarnos a observar las estrellas, nos despedimos de Portilla con muy buen sabor de boca. Estos pueblos de El Campichuelo transmiten una paz difícil de explicar. Pensamos que es su encantador entorno natural. Quién sabe, pero siempre te dejan unas ganas interminables de regresar.
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