Villalba de la Sierra, eje de comunicación en la serranía
Nos desplazamos hasta la que, probablemente, sea la puerta de entrada a la serranía de Cuenca llegando desde la capital. Bañada por el río Júcar, Villalba de la Sierra acoge al viajero como una interesante parada en el camino. Es un pueblo conocido, además de por su entorno natural, por su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Natividad y por el poblado de El Salto, perteneciente a la central hidroeléctrica homónima.
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Cómo llegar a Villalba de la Sierra
Atraviesan su término municipal varias carreteras. La más importante, y gracias a la que llegamos, fue la CM-2105. Esta vía es muy conocida, pues es la que lleva a lugares tan emblemáticos de la provincia como el Ventano del Diablo, Uña, Tragacete o el Nacimiento del Río Cuervo. También nacen del núcleo urbano la carretera CUV-9115, que circula hasta Zarzuela, y la CUV-9114, que nos conduce hasta Portilla. Mención importante merece la vía CUV-9113, pues nos traslada hasta el municipio de Las Majadas, conocido por sus famosos Callejones. Villalba de la Sierra posee una población de 484 habitantes (INE 2022), los cuales se dedican principalmente a la agricultura y las actividades forestales. El turismo, sin duda, también es un eje fundamental del municipio, pues Villalba de la Sierra es un importante foco de pesca deportiva. Ofrece una buena cantidad de alojamientos y empresas multiaventura. Se encuentra a tan solo 20 kilómetros de Cuenca capital.
Qué ver en Villalba de la Sierra
Tuvimos el inmenso placer de contar con la compañía de nuestro amigo Alfonso Arjona, gran conocedor de la localidad. Estacionamos el auto en la calle Barranco. Muy cerca observamos el primer lugar de interés que apareció ante nosotros, una hermosa fuente verde y blanca con tres caños, la cual, en su parte trasera constaba de abrevadero. Tomamos la cercana calle Jorge Almagro, andando un buen tramo hasta que nos topamos con la plaza del Olmo.
Es complicado describir este espacio, ya que posee una distribución de los elementos decorativos bastante moderna. Se ubica en esta plaza el ayuntamiento de Villalba de la Sierra. Muy cerca podemos encontrar otra importante zona de la localidad, la plaza del Horno. Se caracteriza por el gran numero de árboles que la pueblan y por estar en pendiente.
Seguimos por la calle Cueva del Romeral hasta la calle Iglesia. Muy cerca nos fijamos en el edificio más emblemático del patrimonio arquitectónico que ver en Villalba de la Sierra. Todavía caminamos un poco hasta llegar a un espectacular mirador. Las vistas hacia el río Júcar, concretamente a la zona de El Tablazo, son muy recomendables. Podíamos haber bajado a pegarnos un chapuzón, pero tampoco teníamos la temperatura a nuestro favor.
Dimos la vuelta y, esta vez sí, contemplamos la hermosa iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Natividad. De su estilo románico original aún quedan algunos retazos como la elegante espadaña o el ábside. Merece la pena reseñar, cómo en la fachada norte se puede apreciar la elevación del templo, y es que antes se situaba por debajo de su actual nivel. Es posible apreciar el arco apuntado adovelado de una antigua portada cegada. Este hecho es también fácilmente distinguible en el ábside. Destacar en su interior la vistosa pila bautismal.
Prosiguió el zascandileo por las calles de Villalba de la Sierra, recorriendo importantes arterias del pueblo como la avenida de la Constitución o parándonos en estupendas plazas como Fuente Vieja, lugar donde ubica la construcción homónima. Ya comenzaba a cerrarse la noche, por lo que decidimos volver al auto. Antes de volver a nuestro cuartel general, nos desplazamos hasta el hotel restaurante El Tablazo, levantado junto a un antiguo molino harinero. Alfonso nos enseñó la zona y el entorno sobre el que está construido. Una auténtica maravilla.
Son unas cuantas las deudas pendientes que poseemos con los pueblos de la provincia. Con esta localidad tenemos la referida al conocido Salto de Villalba, el pueblo construido para alojar a los trabajadores de la central hidroeléctrica de El Salto, propiedad de Unión Eléctrica. En 1926 el rey Alfonso XIII inauguró la central, suponiendo un punto de inflexión para la villa. El complejo cuenta con seis edificios de viviendas, un inmueble conocido como «el hotel», destinado a los ingenieros; un edificio palaciego utilizado como central de operaciones, y una iglesia de estilo historicista. Al otro lado del río Júcar hay más construcciones dedicadas a oficinas o talleres. Merece la pena subir a la presa, desde donde se ofrecen unas vistas únicas.
Ya sabemos que es nuestra obligación volver a Villalba de la Sierra para conocer El Salto. No tardaremos mucho, pues siempre se encuentra de paso hacia la serranía de Cuenca. Un enclave fundamental de la zona. Muy recomendable su visita.
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