Parque Natural de las Lagunas de Ruidera
Por lo general, cuando visitas las Lagunas de Ruidera te centras en pegarte un chapuzón y disfrutar de unos paisajes de ensueño, pero cuando lo haces con guía la cosa cambia. Nuestro amigo Kiko Mora nos enseñó que este parque natural es mucho más. Recorrerlo con él supone trasladarte al siglo XVIII, al reinado de Carlos III. Es hablar de canales, de centrales hidroeléctricas, de miradores, de yacimientos de la Edad de Bronce, de tótems, de procesos químicos, de cascadas, de enormes grietas en el suelo, del Acuífero 24, de cruces en los cerros y de mucho más. Estas quince lagunas y el entorno natural que las rodea son un tesoro de Castilla-La Mancha que no te puedes perder. Acompáñanos a conocer los rincones más bonitos de las Lagunas de Ruidera. ¿Te animas?
Contenidos del post
Cómo llegar a las Lagunas de Ruidera
La N-430 atraviesa España de oeste a este, desde Extremadura hasta Comunidad Valenciana. En Ciudad Real pasa por pueblos como Puebla de Don Rodrigo, Luciana, Piedrabuena, Daimiel, Manzanares o Alhambra antes de llegar a Ruidera. La carretera discurre junto a la laguna del Rey para cruzar a Albacete, donde pasará por Ossa de Montiel, Munera o Almansa. También es posible llegar a las Lagunas de Ruidera desde Argamasilla de Alba tomando la CM-3115, que circula junto a las lagunas bajas. Partiendo de Ossa de Montiel también parte la vía C-30, que nos guía hacia las lagunas altas. Desde Villahermosa sale también la carretera CR-630, donde es posible acercarse también a la laguna Blanca.
Historia de las Lagunas de Ruidera
Desde la prehistoria la existencia de agua ha favorecido los núcleos de población. Hay que recordar que el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera no solo abarca municipios que lindan con su agua, como son Ossa de Montiel, Villahermosa y Ruidera; también incluye otros dos municipios como son Alhambra y Argamasilla de Alba. De esta forma se han localizado asentamientos en estas poblaciones desde hace siglos. Existen vestigios del Paleolítico Medio o de la Edad de los Metales. De época romana también datan vestigios, citados incluso por Plinio el Viejo. A la Edad Media llegamos para toparnos con manifestaciones islámicas en forma de fortalezas, como las de Rochafrida, en Ossa de Montiel, o Alhambra.
Sin duda esta zona ha tenido numerosos vaivenes a lo largo de los siglos, pero es en el XVIII cuando comienza a lograr notoriedad. La fuerza del agua venía aprovechándose desde hacía tiempo, de hecho proliferaban los molinos bataneros y harineros en las lagunas. Fue el rey Carlos III el que se rindió a este lugar maravilloso, declarándolo Real Sitio en 1753. Trajo también la fábrica de pólvora, por ello encargó la construcción de diversas obras de ingeniería civil al arquitecto Juan de Villanueva, por ejemplo, los canales.
Durante las dos primeras décadas del siglo XX se construyen seis centrales hidroeléctricas para aprovechar la fuerza del agua en las Lagunas de Ruidera. A continuación, se citan por ubicación desde la parte más alta de las lagunas a la más baja. Entre la laguna Blanca y la Conceja está El Ossero. Entre las lagunas Tomilla y Tinaja está Ruipérez. Por poner dos ejemplos con la información que hemos citado antes, estas dos centrales primero fueron molinos. Entre las lagunas Batana y Colgada está la central de Santa Elena. En la laguna del Rey está la de San Alberto. Miravetes está en la laguna Cenagosa y San Luis ya se localiza abajo del todo en el pantano de Peñarroya. La mayoría de estas centrales dejaron de funcionar en la década de los 70.
Durante el franquismo se realizó una urbanización descontrolada de la zona. Sobre todo en la década de los 50 se vendieron muchas parcelas en las lagunas. Por suerte, en 1979 se declaró parque natural a las Lagunas de Ruidera, impidiendo de este modo la edificación en estos terrenos para siempre. En 1984 el parque adquiere las fincas de Hazadillas y Era Vieja, las cuales se adhieren al mismo como refugio de fauna. En esta época de los 70 y 80 del siglo pasado se promovió la agricultura de regadío para mejorar la economía de la zona, pero lo que hizo fue sobreexplotar el Acuífero 24, bajando considerablemente los niveles de agua de las lagunas. En 1993 se diseñó un programa de compensación para que se redujese el riego y poder recuperar los niveles del acuífero.
Qué ver en las Lagunas de Ruidera
Antes que nada parece apropiado mencionar que las lagunas se diferencian en tres tipos: altas, medias y bajas. La laguna Blanca, en el término de Villahermosa, es la más alta de todas. El agua va descendiendo de una a otra hasta llegar a las más bajas y desembocar en el embalse de Peñarroya.
- Lagunas altas: Blanca, Conceja y Tomilla.
- Lagunas medias: Tinaja, San Pedro, Redondilla, Lengua, Salvadora, Santos Morcillo, Batana y Colgada.
- Lagunas bajas: Rey, Cueva Morenilla, Coladilla y Cenagosa.
Las Lagunas de Ruidera beben del Acuífero 24. Los niveles de agua de este acuífero van por ciclos. Desde el año 2018 están hasta arriba con niveles altos, pero a los cinco o seis años baja el nivel y, por lo tanto, el agua de las lagunas baja también. De este modo, ya sabes cuáles son los mejores años para visitar este parque natural.
Recorrerlas con un guía experto como Kiko Mora es un aliciente. Recomendamos encarecidamente su empresa «Terra Laminitana» para realizar esta actividad porque descubres parajes que por ti solo es imposible acceder, sobre todo por desconocimiento. Quedamos junto a la laguna del Rey, en un parque donde había un campo de fútbol.
Los canales de derivación
Antes hemos hablado de la red de canales que construyó Juan de Villanueva en el siglo XVIII. Lo primero que vimos nada más llegar fue el canal del Caño, que llevaba el agua a dos batanes y tres molinos. Desde él coge agua la gente de Ruidera para consumo humano y la lleva a depósito. Sobre el mismo se eleva el puente del Caño. Cuando el agua ha cumplido su función en los lugares donde desemboca el caño, un canal de derivación devuelve el agua a las lagunas.
Existen diversos ejemplos de estos canales de derivación. Varios metros más adelante observamos otro que regresaba el agua a la laguna del Rey desde una zona de huertas. Muy cerca dimos con la anteriormente citada central hidroeléctrica de San Alberto. Junto a ella se puede apreciar una presa de agua, desde la cual se regulaba la cantidad que hacía falta para la fábrica de luz. En estas centrales se producían unos enormes saltos de agua, mediante los cuales se generaba la energía que producía la central.
La cascada de El Hundimiento
A través de un camino que sale cerca del cementerio, en dirección a la localidad de Alhambra, llegamos a un espectáculo de la naturaleza. En 1545 una riada enorme destruyó la barrera tobácea, es decir, la presa natural, que embalsa el agua que posee la laguna del Rey. Este hecho propició la formación de una cascada de aproximadamente quince metros de altura. A este increíble salto de agua se le conoce como El Hundimiento.
Se trata de un paraje espectacular, dado que los niveles de agua del acuífero están altos, como hemos comentado antes, el agua que mana de esta cascada es bestial, ocasionando un ruido que impresiona. Si vas en algún día que haya hecho frío, conviene tener cuidado, porque la pasarela de madera que acerca al mirador puede tener hielo y ocasionar algún susto.
Los tótems de Ruidera
Kiko nos apuntó sabiamente que cuando la gente toma la carretera que conduce a Ossa de Montiel y, por consiguiente, a las lagunas medias y altas; siempre van observando a la derecha, es decir, a las lagunas y su paisaje. Supone un error, pues se pierden otro capricho de la naturaleza. Al otro lado de la carretera a la altura de la laguna del Rey se ubican los conocidos tótems de Ruidera. Son enormes columnas de piedra que superan los diez metros de altura y que poseen forma de cabeza si se ven, sobre todo, de perfil. Sin duda, uno de los lugares menos conocidos que ver en las Lagunas de Ruidera.
El paso de los años y los elementos han erosionado las rocas otorgándoles estas formas tan curiosas. Decidimos subir el cerro campo a través para poder fotografiarlos de cerca, otra cosa que sin Kiko ni se nos hubiera ocurrido hacer. Mientras descendíamos pudimos apreciar de primera mano las distintas especies que componen la flora de las Lagunas de Ruidera. Esparto, romero, tomillo, enebro, encinas… También había muchas sabinas, pero quedan pocas debido a que se cortaron para hacer las traviesas de las vías del tren. En su lugar se plantaron pinos.
Los miradores de las Lagunas de Ruidera
Vamos a resultar pesados, pero insistimos en que venir acompañados de un guía a este parque natural supone un aliciente. Quien dice un guía dice alguna persona que lo conozca bien y pueda enseñar lugares que están fuera del circuito más turístico de las lagunas. Nosotros buscábamos fotografías de calidad y las panorámicas de estos paisajes no podían faltar. Para ello son primordiales los miradores. Estuvimos en tres.
El primero de ellos es el mirador de la Laguna del Rey, probablemente el más conocido, ya que aparece en los folletos turísticos. Para llegar tenemos que entrar en el núcleo urbano de Ruidera. En su extremo oriental sale un camino que nos conduce al depósito y, por lo tanto, al mirador. Para ser más exactos con la localización, nos encontraríamos justo encima de los recién citados tótems de Ruidera. Desde este mirador, además de la laguna que le da nombre, también se pueden observar las lagunas Cueva Morenilla, Coladilla y Cenagosa, que conformarían las lagunas bajas. Unas vistas de cine.
Desde esta posición pudimos apreciar el colorido característico que poseen las lagunas, el cual tiene su explicación. Resulta que el agua del acuífero tiene mucho carbonato cálcico y las plantas, cuando hacen la fotosíntesis, eliminan grandes cantidades de CO2. Cuando se juntan propicia una reacción química que petrifica las plantas y caen al fondo, creando esas tonalidades tan espectaculares cuando da la luz.
El segundo mirador al que nos dirigimos tiene un poco más de camino a pie. Estacionamos el auto junto al antiguo albergue juvenil Alonso Quijano, el cual compró la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. A día de hoy está sobre la mesa la idea de transformarlo en un centro de interpretación. Bien, desde este punto tomamos un camino que sale a mano izquierda de la carretera en dirección a Ossa. Tras subir una cuesta pronunciada llegamos a una explanada donde había caleras. Giramos por el primer camino que había en dirección izquierda en la explanada y tras andar otro poco llegamos al mirador. Espectacular.
Desde él se ven las lagunas Batana, Colgada y, al fondo, la Santos Morcillo. También se puede contemplar el salto de San Pedro, que da a parar a la antigua centra de Santa Elena, y la zona de pinos con los saltos de agua. En los cerros que hay enfrente, al otro lado de las lagunas, es posible apreciar el asentamiento de la Mesa del Almendral. Data de la Edad de Bronce y existen también tres miradores, los cuales visitaremos cuando volvamos.
El tercer mirador en el que estuvimos se sitúa en lo alto del cerro de las Monjas. Esta elevación de terreno está coronada con una gran cruz. Antes hemos hablado de las fábricas de luz que había en las Lagunas de Ruidera. Cuatro de ellas (El Ossero, Ruipérez, Miravete y San Luis) pertenecían a Centrales Eléctricas Navarro. La hija del dueño era monja y cuando acudía a la fábrica de Ruipérez necesitaba una referencia para rezar, por ello su padre mandó colocar la cruz, ya que se veía desde la habitación de su hija. De ahí viene el nombre del cerro.
Desde este mirador se ven las lagunas Tomilla y Tinaja. También es posible apreciar los saltos de agua del Pie y Medio y de la Plaza de Toros. Al bajar del mismo nos acercamos al canal que existe entre la laguna San Pedro y la Tinaja, el cual nos contó Kiko que se abrió con dinamita. Impresionante.
La Quebrada del Toro
Para acceder a su recinto tenemos que tomar un desvío ubicado en la carretera que nos conduce a Ossa de Montiel desde Ruidera. Cuando accedimos, Kiko nos presentó a Esteban, dueño de la empresa que gestiona este espacio, el cual nos facilitó los cascos para poder realizar la excursión con las medidas de seguridad necesarias.
De camino a la Quebrada del Toro observamos un majano, preparado para que se resguarden los conejos. También se puede ver el Cerro de los Almorchones, que es otro asentamiento de la Edad de Bronce. Como había un grupo bastante numeroso antes que nosotros, hicimos un poco de tiempo asomándonos a otro mirador desde donde se ven las lagunas San Pedro y Tinaja. Esta formación natural tan espectacular está ubicada en los acantilados que dan a la laguna San Pedro.
Con el camino despejado iniciamos el descenso hacia la Quebrada por un tramo largo de escaleras. Tras entrar por la puerta de acceso, vimos como todavía quedan anclajes fijados a la pared de la gente que antaño hacía rapel. Kiko nos hizo fijarnos en unas plantas pequeñas denominadas Ombligo de Venus, ya que tienen propiedades curativas. Típica información que complicada saber sin un guía.
Se trata de una sima formada por una grieta de 400 metros de longitud por 4o de profundidad. No existen estudios, pero la teoría más recurrente es que la Quebrada del Toro debió originarse a causa de un movimiento sísmico. Su nombre también es de origen incierto, siendo dos las teorías más extendidas. La primera cuenta que se denomina así porque un toro se cayó dentro de ella hace muchos años. La segunda relata que cuando sopla muy fuerte el viento en su interior se puede oir un sonido parecido al del toro.
El interior de la grieta está totalmente acondicionado con pasarelas, escaleras y barandillas para que el trayecto no resulta complicado. También existen a ambos lados cuevas donde explorar un poco. Kiko nos introdujo en una de ellas, bastante grande, donde hizo presencia algún murciélago despistado.
Terminamos la ruta y volvimos sobre nuestros pasos para tomar de nuevo el auto, despidiéndonos antes de Esteban y agradeciéndole su generosidad. La Quebrada del Toro es uno de esos rincones espectaculares que ver en las Lagunas de Ruidera. Habíamos visto mucho del parque natural desde la lejanía para obtener panorámicas espectaculares, pero tocaba acercarse y sentir de cerca el agua.
Dónde bañarse en las Lagunas de Ruidera
La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha siempre establece todos los veranos aquellas zonas de baño que son seguras. Todos los años se analizan sus aguas y entorno para comprobar que pegarse un chapuzón no supone ningún riesgo. En las Lagunas de Ruidera existen diez zonas de baño autorizadas. Esto no quiere decir que no te puedas bañar en otros espacios del parque natural, pero ya se hace bajo responsabilidad de cada uno.
Estas zonas se dividen según la provincia. De las diez que existen, siete pertenecen a la provincia de Albacete y tres a la de Ciudad Real.
- Zonas de baño en la provincia de Albacete: Lagunas de la Salvadora, la Colgada, Santo Morcillo, la Tomilla, la Redondilla y la de San Pedro.
- Zonas de baño en la provincia de Ciudad Real: Dos en la laguna del Rey (una en la zona de Entrelagos) y una en la Cueva Morenilla.
Nosotros decidimos acercanos a la laguna Salvadora para despedir la ruta cerca del agua. No pudimos bañarnos porque no llevábamos atuendo, pero pudimos comprobar la claridad de sus aguas. Además, apreciamos también los últimos rincones bonitos que vimos en esta jornada, como la cascada de la Noguera, también llamada de la Lengua o Salvadora; la fuente de la Noguera y los conocidos «Cinco Puentes», construcción por donde circula la canalización.
Fue un inmenso placer recorrer este paraíso con Kiko y aprender tanto con él. Recomendamos encarecidamente la visita al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera y, si puede ser con guía de primera como él, mejor. Su empresa, Terra Laminitana, posee todo lo que necesitas para que la experiencia sea inolvidable.
SOBRE NOSOTROS
PUBLICIDAD
COLABORADORES
CONTENIDOS RELACIONADOS
Lo sentimos, no pudimos encontrar ningún post. Por favor ensaye una búsqueda diferente