Alcaraz, el tesoro arquitectónico de Albacete
Fue algo improvisado, no lo vamos a negar. De buena a primeras emergió la posibilidad, rondando por Albacete, de visitar Alcaraz. Cero dudas. Aterrizamos con ganas de comprobar su buena fama y vaya si lo hicimos. Nos quedamos totalmente enamorados del patrimonio arquitectónico de esta villa, buena parte orquestado por el genio Andrés de Vandelvira. Mil rincones hay para maravillarse con este municipio. Escogemos dos: la plaza Mayor y el santuario de Nuestra Señora de Cortes. Un zascandileo fascinante.
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Cómo llegar a Alcaraz
Desembocamos en la localidad de Alcaraz gracias a la carretera N-322. Esta conecta las ciudades de Bailén (Jaén) y Requena (Valencia), atravesando de suroeste a noreste la provincia de Albacete. Es sin duda una de sus principales arterias. Pasa por la propia ciudad de Albacete, además de por otros pueblos importantes como Casas-Ibáñez, muy cerca de villas preciosas como Jorquera o Alcalá del Júcar. También circulan por Alcaraz otras vías como la CM-3216, la CM-3208 y la AB-519. Mediante estas es posible llegar a villas cercanas como Peñascosa, Vianos o Villanueva de la Fuente. Posee una población de 1304 habitantes (INE 2023). Pone nombre a la comarca que pertenece, Sierra de Alcaraz y Campo de Montiel.
Qué ver en Alcaraz
Subimos con el auto y aparcamos en la avenida de la Constitución. A nuestras espaldas, tras cruzar dos elegantes columnas por el camino de la Virgen nos topamos con las ruinas del antiguo Acueducto de Alcaraz. De época medieval, se alza imponente en los pies del cerro de San Cristóbal, donde se ubica esta hermosa localidad.
Camino al centro del pueblo por la calle Mayor
Dimos media vuelta para avanzar por la vía en la que estacionamos. De buenas a primeras, los adoquines del suelo se transformaron en un coqueto empedrado. Solo podía tener un significado, nuestro acceso a la calle Mayor. Pasamos por debajo de un hermoso arco de medio punto, el cual nos advertía de los encantos que estábamos a punto de admirar.
La calle se estrechaba por momentos, hasta que salimos a un pequeño espacio dominado por la iglesia de San Miguel. Destaca por dentro la capilla del Rosario. En el exterior merece la pena reseñar su torre románica, de las más antiguas en Albacete. Justo enfrente, la primera de las fachadas señoriales que nos dejaría alucinados. Hablamos de la casa de los Galianos (s. XVI). Su portada con dos hombres con cachiporras tallados en piedra nos maravilló.
Varios metros más adelante, otra fachada blasonada, esta vez la de la casa de los Guerreros, de estilo renacentista, al igual que la anteriormente citada. Otra maravilla que ver en Alcaraz. Continuamos el trayecto por la espectacular calle Mayor, contemplando las primeras casas porticadas y cómo los adornos florales comenzaban a emerger. Dejamos atrás el antiguo convento de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. La cosa se ponía interesante, y es que el desenlace no defraudó.
La plaza Mayor de Alcaraz, una de las más hermosas de Castilla-La Mancha
Al final de esta calle se encuentra una de las joyas más preciadas de Alcaraz. Nos referimos a la puerta del Alhorí o de la Aduana (s. XVI), de estilo plateresco y obra del grandioso arquitecto alcaraceño Andrés de Vandelvira. Podemos encontrar mil y un detalles en sus arquivoltas, en las dos columnas que la flanquean o junto al escudo de armas de Carlos I que la corona. Una preciosidad. Actualmente ejerce de entrada a la Oficina de Turismo.
De este modo, tras admirar una obra de arte, entramos en otra: la Plaza Mayor, declarada Conjunto Histórico-Artístico. Tres lonjas ocupan los extremos de la plaza. Al norte la lonja del Alhorí, casa consistorial de Alcaraz desde su construcción en el siglo XVI. En lo alto de su fachada podemos observar, de nuevo, el escudo imperial de Carlos I. Al oeste seguimos por la lonja de Regatería, la más grande de las tres, pues está compuesta por doce arcos de medio punto. En su lado derecho se ubica el arco de Zapatería, que da acceso a la fortaleza. Por último, al sur, la lonja de Santo Domingo o del Corregidor (s. XVI), de dos plantas. En la inferior se halla una hermosa galería porticada, en la superior preside el escudo de armas de Felipe II.
La torre del Tardón y la torre de la Trinidad casi se besan
Aunque, para qué negarlo, si hay algo que llama la atención en este espacio son las dos poderosas torres enfrentadas, obras de Andrés de Vandelvira. La torre del Tardón y la torre de la Trinidad, que forma parte de la iglesia homónima. Representan una de las postales más conocidas de la provincia de Albacete. El único extremo exento de esta plaza se abre a la plazuela de La Trinidad, hogar de la iglesia parroquial de la Trinidad. De estilo gótico, es obligatorio resaltar la belleza de algunas capillas como la de los Ballesteros o la de San Sebastián. Por fuera, además de la mencionada torre, destaca su espectacular portada norte. Un imprescindible que ver en Alcaraz.
Cuando nos quisimos dar cuenta, nos perdimos por las estrechas calles de Alcaraz, pasando por bellos arcos o admirando edificios como el del monasterio de Santa María Magdalena. Todo un acierto. Pasear por el casco antiguo de esta villa supone un gran gozo. De buena gana hubiésemos parado el tiempo para disfrutar al máximo de ello. Por suerte o por desgracia, tocaba volver al coche para ver más lugares de interés.
Antes de entrar, por el camino Puerta de Morcil subimos un poco hasta observar las ruinas del Castillo de Alcaraz. Esta fortaleza es símbolo del esplendor que tuvo antaño la villa. Esta vez sí nos montamos en el coche. Primero pasamos por la capilla de San Francisco, aunque nos pareció que ya no tiene uso religioso. No estamos seguros. Después salimos del pueblo rumbo a un lugar mágico.
El peregrinaje al santuario de Nuestra Señora de Cortes
En efecto, hablamos del santuario de Nuestra Señora de Cortes, declarado Bien de Interés Cultural. Es probablemente el más importante de toda la provincia. Miles de devotos acuden en peregrinación desde distintas partes de Albacete, e incluso Andalucía y el resto de Castilla-La Mancha, para venerar la imagen de Nuestra Señora de Cortes. El conjunto arquitectónico es una maravilla. Cuando entramos a la iglesia estaban con preparativos para una boda, por lo que no pudimos estar mucho tiempo. Molestábamos un poco.
A pesar de ello nos marchamos con la sensación de haber estado en un lugar muy especial. Alcaraz, y no exageramos en absoluto, es uno de los pueblos más bonitos de España. Sin duda debería ser uno de los focos de turismo más importantes de la comunidad autónoma. Su patrimonio arquitectónico bien lo merece. Nuestra más absoluta recomendación. Palabra de zascandil.
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