Valdemeca, ilustrándonos con su paisaje
Nos adentramos en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca para visitar una hermosa población. Mucho hace el entorno, que parece de cuento. Valdemeca sorprende al excursionista con su encanto rural, su patrimonio arquitectónico y su conocido Paisaje Ilustrado, obra del artista autóctono Luis Zafrilla. Mucho bueno e interesante por conocer.
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Cómo llegar a Valdemeca
La carretera mediante la cual llegamos a Valdemeca es la CM-2106, importante arteria de la serranía de Cuenca. Se extiende desde el municipio de Cañete hasta la provincia de Guadalajara, atravesando puntos de interés importantes como el Nacimiento del Río Cuervo, Tragacete, Laguna del Marquesado o Huerta del Marquesado. No conocemos otra vía a través de la cual desembocar en Valdemeca. Posee una población de 82 habitantes (INE 2023). Circula junto al núcleo urbano el río Valdemeca. Pertenece a la comarca de la serranía Alta.
Qué ver en Valdemeca
Una vez más tuvimos la suerte de contar con la compañía de Sara, una de las más zascandiles del lugar. Tomamos el desvío para adentrarnos en la villa, saludando a la banda de música, primera de las esculturas pertenecientes al Paisaje Ilustrado de Luis Zafrilla que vimos. Aparcamos el auto en la calle Ayala. Cruzamos hasta la calle Nuestra Señora de Belén y bebimos agua de una cercana fuente. Tuvimos la visita fugaz de un cánido, que se alejó rápidamente siguiendo a su aire. En este pequeño trayecto rodeamos buena parte del templo más importante de Valdemeca, la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
Se trata de un magnífico templo de una sola nave. Destaca en su exterior el porche que cobija la portada con arco de medio punto. También merece la pena reseñar la elegante espadaña de sillería, que posee dos huecos para las campanas y uno superior para el campanil, quedando rematado el conjunto por un frontón triangular. La joya más preciada de la iglesia es su pila bautismal románica del siglo XI, la cual consta de reminiscencias visigóticas y mozárabes. Una auténtica maravilla desde el vaso hasta el fuste de su pedestal cilíndrico.
Continuamos hasta desembocar en la plaza del Coso, lugar que alberga el ayuntamiento de la localidad. Desconocíamos el lugar de las esculturas pertenecientes al paisaje ilustrado del artista Luis Zafrilla, por lo que aprovechamos para preguntar a un amable vecino. Nos indicó la calle Cotanillo. A través de ella salimos de nuevo a la entrada del pueblo.
El Paisaje Ilustrado en Valdemeca
Paralelos a la carretera comenzamos a disfrutar de las esculturas, primero con «Los Gitanos» y después con la conocida pareja de la Guardia Civil. Más adelante iniciamos el itinerario circular que nos llevó a contemplar gran parte de las obras que ver en Valdemeca. Comenzamos con «Albentando», para seguir con «Rulando Yeso» y «A San Roque». Las siguientes esculturas se localizaban en el área recreativa La Dehesilla, característica por la frondosa vegetación que la rodea. Sus nombres: «Tabajasapos», «La Estornija», «Estiragarrote», «El Tieso», «Arranacacepas» y «La Pendola», muchas de ellas dedicadas a antiguos juegos tradicionales de juventud.
Iniciamos el camino de vuelta contemplando «Las Abuelas», «El Seron de Coles», «La Cabra», «Las Bicicletas», «La Paer», «A Cavar» y «El Encuentro». Finalmente, como colofón, llegamos a la plaza de toros, decorada, probablemente, con la obra de mayor magnitud de todo el Paisaje Ilustrado de Valdemeca, «Tarde de Toros». De nuevo en la carretera, aprovechamos para tomar algún refrigerio que otro en un bar, del cual lamentamos no acordarnos del nombre, aunque sí podemos decir que nos atendieron amablemente y estuvimos muy a gusto.
Entramos de nuevo al núcleo urbano por otra calle y pateamos disfrutando de ese encanto serrano que poseen estas villas. Nos agradó mucho lo floreadas que estaban las casas, lo cual otorgaba colorido y aún más encanto a Valdemeca. Finalmente, por calles como Mayor y Santa Ana aterrizamos junto a la iglesia parroquial. Justo al lado teníamos el coche. Era hora de seguir con el zascandileo por otro lado.
Solo podemos dar las gracias al pueblo de Valdemeca por inspirarnos. Por hacernos disfrutar con un entorno natural privilegiado, un patrimonio religioso y civil estupendo, un encanto rural sin igual y un paisaje ilustrado que ofrece una ruta espectacular. Muy completo el pueblo. La recomendación es absoluta. Estos rincones de la serranía merecen tener más voz de la que poseen.
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