Parque arqueológico de Segóbriga, el tesoro romano de Cuenca
En la Mancha Alta de Cuenca, concretamente en el término municipal de Saelices, se halla el que es, probablemente, el yacimiento arqueológico más importante de la Meseta. La conocida ciudad romana de Segóbriga nos traslada al pasado con su excelente estado de conservación. Un impresionante patrimonio: el foro, el teatro, el anfiteatro, las termas monumentales… Multitud de construcciones y monumentos emblemáticos nacidos del esplendor que tuvo esta villa entre los siglos I a.C. y III d.C.
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Cómo llegar al parque arqueológico de Segóbriga
Se puede aterrizar en Segóbriga desde la carretera CM-310, importante arteria de la provincia que cruza localidades como Gascueña, Huete, Carrascosa del Campo o Villamayor de Santiago. También es posible llegar por la vía CM-3009, una vez atravesado municipios como Villaescusa de Haro, Villarejo de Fuentes o Almonacid del Marquesado. A pocos kilómetros se encuentra la autovía A-3, que cuenta con salida indicada hacia el parque arqueológico. Esta ciudad hispano-romana se encuentra en lo alto de un cerro. Nosotros aparcamos en un parking que nos deja en el centro de interpretación, desde donde se accede a la villa.
Qué ver en el parque arqueológico de Segóbriga
Llegamos a la recepción del centro de interpretación de Segóbriga para el turismo y hemos de decir que nos atendieron con mucha amabilidad. De hecho nos convidaron a la entrada, por lo que queremos manifestar nuestro eterno agradecimiento. Tras explicarnos perfectamente las instalaciones, pusimos rumbo a la ciudad romana. Antes de llegar y ver los magníficos restos de sus edificios, pasamos por la zona donde discurría el acueducto, importante mejora de la ciudad construida en los comienzos del siglo I d.C. También se halla de camino la Necrópolis, cuyos recintos funerarios son romanos, pese a que las sepulturas, en su mayoría, son de época tardorromana y visigoda.
El gran desarrollo que tuvo Segóbriga fue, principalmente, por su excelente comunicación y por ser centro de explotación de minas de «lapis specularis». Junto a la ciudad atravesaban varias calzadas importantes como la que unía Cartago Nova con Complutum. También era importante la conexión que tenía con Toletum y Segontia. Por otro lado, la conocida piedra de yeso cristalizada abundaba en la zona, lo cual supuso una fuente importante de abastecimiento y le otorgó un gran crecimiento. Esto es debido a su uso en los edificios romanos tanto en ventanas como suelos, ya que es transparente. Segóbriga fue impulsada por el emperador Augusto.
La población estaba rodeada de una muralla de 1300 metros de longitud, la cual constaba de tres puertas, una norte, otra este y otra oeste. Para hacer una idea de la distribución en Segóbriga, de la puerta norte salía una calle dirección norte-sur, el kardo maximus. Esta era la principal vía de la ciudad, desde la que emergían calles perpendiculares en sentido este-oeste o decumani. A ambos lados de la vía de entrada a la puerta principal de la ciudad, se construyeron dos de los edificios más representativos: el teatro y el anfiteatro.
El teatro se inauguró hacia el año 79 d.C., en tiempos de Vespasiano y Tito. Se conserva muy bien su graderío o cavea, el cual se dividía en tres zonas separadas con corredores para diferenciar las diferentes clases sociales. La zona inferior mantiene la orchestra y el tablado o proscaenium, que era la madera existente sobre los pilares de piedra. Estaba decorado con hermosas esculturas y columnas que le conferían un elegante y monumental aspecto.
El anfiteatro se levantó en la misma época que el teatro. Fueron utilizados hasta el siglo III d.C., ya que en el IV d.C. se les confirió un uso agrario. El edificio mide 75 metros de largo, albergando capacidad para 5.500 espectadores. Su arena poseía 1100 metros cuadrados, estando separada de las gradas por un alto podium, el cual otorgaba mayor seguridad a los asistentes. En los extremos se ubicaban las carceres, es decir, las habitaciones destinadas a las fieras que participaban en los espectáculos.
Tras cruzar imaginariamente lo que en su día fue la puerta principal del yacimiento, nos desplazamos a la izquierda para observar el criptopórtico del foro. Se trata de una estructura bajo tierra que sostenía el pórtico norte del foro. Se pueden contemplar todavía los basamentos que lo sustentaron. Seguimos recto hasta dar a parar con las termas del teatro, construidas a finales del siglo I a.C. Se hallaba en el decumanus maximus, principal vía de recorrido este-oeste, donde se accedía al recinto a través de una escalera.
Retrocedimos sobre nuestros pasos en el parque arqueológico para desplazarnos al foro o plaza pública de Segóbriga. Como hemos comentado en otras ciudades romanas como el yacimiento arqueológico de Valeria o Ercávica, era el centro social y político. En el año 15 a.C. ya estaba realizado. El centro del espacio lo presidía un monumento del que casi no quedan restos. Importantes personalidades colocaban estatuas sobre pedestales en el pavimento y los pórticos, conservándose todavía algunas de ellas. Rodeando la plaza había pórticos laterales, sostenidos por bellas columnas. Al sur se hallaba la Curia y las tabernae. Al este se accedía a la basílica, espacio donde se realizaban las transacciones comerciales más importantes y donde se administraba justicia. Construida al mismo tiempo que el foro, se trata de uno de los edificios más grandes de la localidad, pues constaba de tres naves separadas por filas de columnas.
Al otro lado del kardo maximus, frente al foro, nos encontramos el aula basilical. Se accedía desde esta importante vía mediante una escalinata ya desaparecida. En época de Vespasiano (69-79 d.C.) se alzó esta gran construcción dedicada a los negocios del conocido mineral lapis specularis. A espaldas del aula basilical hallamos las termas monumentales. Estos espacios públicos destinados al baño se comenzaron a usar en el último tercio del siglo I d.C. De disposición lineal, se utilizaban como lugares de ocio, encuentro y negocios.
Giramos a la derecha para llegar a la vivienda de Caio Iulio Silvano, importante personalidad de la ciudad que levantó su casa a principios del siglo III. Se conocen, a día de hoy, tres estancias del inmueble. La más conocida, sin duda, es la que alberga el mosaico geométrico. Se descubrió en una campaña de excavaciones en 1998. Está realizado con teselas negras y blancas, siendo una réplica del original, que se encuentra en el centro de interpretación. También es conocida como la Casa del Procurador Minero.
Muy cerca nos acercamos a la ermita de la Virgen de los Remedios. Este templo encalado, se encuentra adosado a otra construcción más antigua. No pudimos entrar, por lo que decidimos subir a lo alto del cerro para ver si existían restos de la Acrópolis. En su día se ubicaba un castro celtibérico que debió dar origen a la ciudad. Es posible que, tras urbanizarse, se hallara el templo de la divinidad que protegía Segóbriga. Finalmente solo encontramos restos de una antigua torre musulmana.
Bajamos el cerro dejando atrás los monumentos visitados. Durante el camino de vuelta pasamos por los restos del antiguo circo, edificio destinado a los espectáculos. Se levantó en el siglo II y era el lugar usado para realizar las carreras de carros. Para construir el circo se tuvo que desmantelar una necrópolis de incineración, de la cual se encontraron objetos como la estela funeraria de la escalva Iucunda. Siguiendo este desvío por el sector izquierdo, aterrizamos en la basílica visigoda, uno de los edificios más famosos de todo el parque arqueológico, ya que fue el primero en ser excavado. Se levantó a finales del siglo IV o principios del siglo V, sufriendo posteriormente varias modificaciones. Hablamos de un templo con tres naves divididas por diez columnas en ambos lados, con crucero central y ábside de planta de herradura.
El Museo del Parque Arqueológico de Segóbriga
Finalmente volvimos al centro de interpretación, pero antes de irnos pasamos a ver el Museo, donde pudimos observar un mapa del Imperio, así como aprender información sobre el origen de la ciudad, su herencia de Roma, su decadencia y abandono, su sociedad, el distrito minero, sus monumentos, la vida cotidiana o la religión. Muy interesante. Tuvimos que verlo de manera exprés, puesto que cerraban las instalaciones y debíamos marcharnos. Esperamos poder visitarlo detenidamente en otro momento, haciendo turismo de manera relajada.
De este modo, concluyó nuestra visita al parque arqueológico de Segóbriga. No hace falta decir que es uno de los lugares más conocidos e importantes de la provincia de Cuenca. Recomendamos su visita a los pocos que todavía no se hayan dejado caer y a los que ya lo han visto, puesto que es realmente impresionante. Para nosotros supuso rememorar el viaje en el tiempo que hicimos cuando éramos niños y lo visitamos con el colegio. Toda una experiencia que no se olvida.
Horario y precios
Horario de verano: 1 de abril-30 de septiembre. De 10:00 a 15:00 y de 16:00 a 19:30. Martes a domingo.
Horario de invierno: 1 de octubre-31 de marzo. De 10:00 a 18:00. Martes a domingo.
Dos puntos importantes: Primero, se debe acceder al parque arqueológico 45 minutos antes del cierre. Segundo, los martes y viernes, de 16:00 a 18:00, el acceso es gratuito para visitas individuales.
Entrada general: 6 euros.
Entrada reducida: 3 euros. Entran dentro de esta tarifa los grupos de más de 25 personas, con reserva previa, estudiantes menores de 25 años, carné joven, mayores de 65 años, desempleados, discapacitados y familias numerosas.
Entrada gratuita: Menores de 8 años.
A tener en cuenta: Además de la tarifa de entrada, se deberá abonar 1 euro más por el servicio de entrada guiada y 2 euros más por el servicio de entrada didáctica, en caso de haberlas adquirido.
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