Casasimarro, tradición guitarrera en la Manchuela
Bien es cierto que la población que hoy nos atañe no tiene una historia muy antigua. Nació en el siglo XV como aldea denominada «Casa de los Simarro» y dependiente de Villanueva de la Jara. A poco que quien lee tenga algo de intuición sabrá que estamos hablando de Casasimarro. Ya a mediados del siglo XVII se le otorgó el título de villa, logrando prosperar desde entonces y adquiriendo señas de identidad como el cultivo de champiñón, la elaboración de guitarras o su rico patrimonio religioso. ¿Te vienes a zascandilear por una de las localidades más importantes de la Manchuela?
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La tradición guitarrera de Casasimarro
Desde mediados del siglo XVIII han sido varias las generaciones de lutieres que ha dado la villa de Casasimarro. Empezando por Alfonso Anselmo Alarcón hasta Vicente Carrillo y Tomás Leal Martínez, en la actualidad, la construcción de guitarras y otros instrumentos de cuerda ha sido una de las señas de identidad en la localidad. Se trata de la única población de Castilla-La Mancha con arraigo en este sentido. Esta tradición guitarrera se ve reflejada en los instrumentos que han creado para músicos de fama nacional e internacional. Pura artesanía.
También es conocido el pueblo de Casasimarro por el cultivo de champiñón, si bien es cierto que es algo más extendido en otros pueblos de la Manchuela, como Villanueva de la Jara. Tiene lugar desde los años setenta, suponiendo a día de hoy la principal actividad económica agrícola.
Qué ver en Casasimarro
Como hemos mencionado antes, Casasimarro es un municipio relativamente moderno. A pesar de ello alberga un patrimonio religioso de lo más interesante. Vamos intentar recomendar los imprescindibles de la villa.
Plaza Mayor e iglesia de San Juan Evangelista
Empezamos por el, probablemente, centro neurálgico de la localidad y uno de sus lugares más interesantes: la plaza Mayor. Nada más aterrizar observamos que lo comentado anteriormente sobre los lutieres en Casasimarro es cierto, pues nos topamos con el monumento, «Homenaje Iberoamericano a la Guitarra», obra de Agustín de la Hernán Matorras e inaugurado en 1984. En el cuerpo superior se puede observar un joven tocando la guitarra y en el inferior a cuatro figuras femeninas realizando ofrendas de productos típicos manchegos como son la uva, la aceituna, el trigo y el champiñón. Está hecho de bronce y piedra arenisca.
Antes de meternos en harina con el edificio más importante del espacio, merece la pena reseñar la escultura en homenaje al padre jesuita Benito Antonio Céspedes. Este casasimarreño ilustre fue orador, teólogo, poeta, dramaturgo y traductor de poesía y teatro. Entre muchas otras cosas, tradujo la obra de Metastasio, escritor italiano del siglo XVIII.
Ahora sí. Preside la plaza Mayor la iglesia parroquial de San Juan Evangelista (s. XVI). Consta de tres naves, habiendo sufrido una importante reforma a mediados del siglo XX. En su interior destaca el altar mayor, la capilla bautismal, la capilla del Perpetuo Socorro, la capilla de San José y la capilla de la Virgen del Rosario con sus frescos del siglo XVIII, obra de Felipe Navarro. Por fuera merece la pena reseñar los elementos originales del templo: su torre de tres cuerpos y la portada meridional de estilo plateresco. Esta última es de una belleza importante. Nos encantó el friso y también las esfinges dragontinas del cuerpo superior.
Antes de alejarnos del lugar, en la contigua calle del Maestro Don Luis de Mateo, hay dos inmuebles que conviene echar un vistazo. El primero es la escuela de música, pintada de manera original y vistosa. El segundo es el centro social polivalente «Luis F. Leal Pinar», en el cual consumimos botellines a un euro. Como coger la máquina del tiempo, qué maravilla.
Ermita de las Nieves y ermita de San Bartolomé
De la plaza Mayor parte la calle de las Nieves, cuyo nombre no es casualidad. Al final de ella se encuentra la ermita de las Nieves. Es un edificio sencillo con portada de medio punto hecha de sillares. Consta, además, de una pequeña espadaña. Hace esquina con la calle de las Piedras. Este punto fue probablemente el origen como núcleo urbano de Casasimarro, en la Casa de la Hoya. De hecho, una calle perpendicular a la de las Piedras se denomina así.
Saliendo a la cercana carretera CM-3114 y andando unos pocos pasos en dirección norte llegamos al templo del patrón de Casasimarro. Se trata de la ermita de San Bartolomé. Arquitectónicamente también es sencillo. Cuenta con portada de medio punto en dirección oeste y una pequeña torre en el extremo opuesto. Del 23 al 28 de agosto se celebran las fiestas patronales de Casasimarro en honor a este santo.
Cruzando la calle San Bartolomé llegamos al bar restaurante Pepe, donde comimos bien. Agradecidos. Muy cerca tenemos el paseo fluvial Maestro Octavio López y también el paseo Saint-Aubin-de-Médoc, localidad francesa hermanada con Casasimarro. Desgraciadamente, estos paseos no se encontraban en las mejores condiciones debido a las aguas estancadas del arroyo. No cabe duda de que, en caso de revitalizarse, otorga un claro valor añadido al pueblo.
Ermita de Nuestra Señora de la Concepción y ermita de San Miguel
Desde la plaza Mayor se puede tomar la calle Cervantes para ver el ayuntamiento de Casasimarro. La casa consistorial tiene dos plantas con un balcón enorme en la superior. Por esta vía desembocaremos en otro espacio a destacar en la villa, la Placeta. Nos encantó la fuente con caballos alados que la preside.
Entre el ayuntamiento y la Placeta es posible tomar la calle Concepción para ir a otro edificio religioso de bella factura. Se trata de la ermita de Nuestra Señora de la Concepción. Tiene dimensiones más grandes que las dos anteriores que hemos citado y una factura más pulcra. Su fachada principal con portada de medio punto está rematada por un frontón triangular. Sus paredes encaladas no tapan los sillares de las esquinas y los adornos de ladrillo en espadaña y portada.
En la zona sur de Casasimarro, ya bordeando los límites del casco urbano, se ubica la ermita de San Miguel. Su arquitectura es muy vistosa, con sus dos torres simétricas, alejadas de las espadañas clásicas que suelen tener las ermitas. Custodia en su interior la imagen del Santo Cristo de la Fe, muy venerada en el pueblo.
Existe otro pequeño templo a las afueras del pueblo, la ermita de San Isidro y San Jorge. El paraje donde está ubicado, en un pinar, es de lo más agradable. Hay barbacoas, columpios y demás instalaciones para amenizar las estancias en días de celebración como el día de San Jorge, 23 de abril, o el de San Isidro, 15 de mayo, ambos de gran importancia para la localidad.
De esta manera nos despedimos de nuestra visita a Casasimarro. Un pueblo de gran encanto que sabe conservar sus tradiciones. Nos hubiera gustado mucho visitar también el museo del Humor, pero lo encontramos cerrado. La próxima vez será. Seguimos zascandileando hasta entonces.
Cómo llegar a Casasimarro
La principal vía que atraviesa el casco urbano de Casasimarro es la CM-3114. Esta nace en La Roda, provincia de Albacete, y desemboca en Motilla del Palancar. También sale de la población la carretera CM-3122, que conduce hasta la vecina Villanueva de la Jara. A pocos kilómetros del núcleo urbano se hallan también la N-310 y la CM-3124, muy útiles también para aterrizar en la localidad. Posee una población de 3157 habitantes (INE 2023), los cuales pertenecen a la comarca de la Manchuela.
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