Tapería Las Cazuelas, en Almansa (Albacete)
Retrocedemos en el tiempo para irnos a un fin de semana zascandil en mayo de 2019. Concretamente, ese fin de semana estábamos disfrutando de una de las localidades con más encanto de la provincia de Albacete, Almansa. Las subidas y bajadas de las escaleras por la localidad nos dieron un hambre descomunal y estábamos deseando que llegara la hora de «la zampa». Como solemos hacer, dejamos a nuestro instinto y a la suerte del momento la decisión del lugar donde comeríamos. El sitio elegido: La Tapería Las Cazuelas.
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Cómo llegar al la Tapería Las Cazuelas
El establecimiento se encuentra en la calle Gustavo Adolfo Béquer, 11, de la localidad de Almansa. Es un local de dos alturas. Nosotros comimos en la planta de arriba.
Qué comer en la Tapería Las Cazuelas de Almansa
Tras un breve vistazo a su carta, decidimos hacer una mixtura, seleccionando lo mejor del mar y de la tierra. ¿Quieres saber que comimos en la Tapería Las Cazuelas? ¡Vamos a ello!
Comenzamos el festín con un carpaccio de buey, muy característico por su agradable sabor. Iba acompañado de unos tomates, regado por aceite y con parmesano rallado. Dicen que el buey tiene mucho hierro, así que ese día nos pusimos bien fuertes con este plato.
Seguimos con los cortes finos, pero ahora nos vamos a una mezcla de tierra y mar. Ensalada de ahumados, entre los que distinguimos salmón, anchoas y trucha. El aliño que llevaba para darle sabor era una vinagreta de frutos secos, con nueces y pasas. Refrescante y sabroso.
Turno para los platos marinos. Uno de nuestras preparaciones favoritos, y que tan de moda están ahora. Hablamos del tartar de atún rojo y aguacate. Al llegar a la mesa, nos sorprendió el color tan verdoso, pero pronto se nos olvidó al probarlo. Estaba exquisito, fue el plato que antes terminamos.
Era el turno de otra exquisitez, unas cocochas de merluza y gambas, foto con la que ilustramos este post. Con la especial textura que las caracteriza, unidas al gran sabor de las gambas, podemos decir que era un plato completamente redondo. Literalmente, nos habríamos comido dos o tres más si los hubiésemos pedido.
Para terminar el festival de platos salados, decidimos volver a la carne con unas milhojas de cordero. La carne distribuida entre finas capas de patata se deshacía fácilmente. Una gran elección.
Teníamos que terminar endulzando la comida, y entre todos los platos existentes en la carta elegimos uno que nos llamó la atención: sorbete de uva roja. En un lugar como Almansa, con Denominación de Origen propia, había que probar su uva, eso sí, desconocemos si la que llevaba el sorbete era la tan característica garnacha tintorera. Pero desde luego lo que si podemos decir es que estaba de rechupete.
Si la memoria no nos falla, no pagamos más de 45 € por todo, lo cual nos parece un precio estupendo teniendo en cuenta la calidad de la comida.
Retomamos nuestra actividad, pues quedaban bastantes cosas por ver en Almansa. Eso sí, la sensación era completamente distinta gracias a la Tapería Las Cazuelas.
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