Garciotum, con nuestras amigas las vacas
Dirigimos nuestros pasos hacia la sierra de San Vicente. Esta maravillosa comarca de Toledo guarda muchos tesoros naturales, a los que hay que sumar unas localidades encantadoras. Garciotum forma parte de este número de villas que asombran al visitante. Vivimos además un par de anécdotas curiosas con las vacas. Estos animales abundan en el pueblo. También quedamos sorprendidos con sus manifestaciones arquitectónicas de carácter civil, donde destacan el puente Romano y el puente de los Pilones.
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Cómo llegar a Garciotum
Nostros partimos de Madrid por la autovía A-5, donde mantuvimos el rumbo hasta la salida 96, después de bordear municipios como Santa Cruz de Retamar o Maqueda. Una vez tomado el desvío nos encontramos en la carretera CM-5002. Tras dejar atrás la localidad de Cardiel de los Montes y antes de llegar a Castillo de Bayuela y El Real de San Vicente, salió a mano derecha otro giro que señalizaba Garciotum. En escasos kilómetros estábamos en el pueblo. Esta última vía es la TO-9312, que circula hasta las cercanías de Nombela, pasando por la villa de Nuño Gómez. Posee una población de 215 habitantes (INE 2023). Estamos en el norte de la provincia de Toledo, concretamente en la comarca de Sierra de San Vicente.
Qué ver en Garciotum
Bordeamos el pueblo por la carretera y cuando nos quisimos dar cuenta, prácticamente no estábamos yendo. Por el camino observamos un gran monumento hecho como de piedra y con numerosas inscripciones, muy curioso. Antes de pasar de largo advertimos el primero de los templos de Garciotum. Era la ermita de la Purísima Concepción. Consta de planta cuadrada, destacando en su interior el artesonado del techo. En la portada, precedida de porche, existe una inscripción que señala su reforma en el año 1853. La construcción se halla aneja al cementerio de la localidad.
Nos acercamos a un cercano cartel informativo. Estaba en el comienzo de un camino. Sin querer, nos estaba dando pistas del siguiente monumento. Tomamos el mencionado camino del Cordel para conducir durante varios kilómetros hasta desembocar en el puente de los Pilones. Se construyó con grandes planchas de granito. Por sus cuatro ojos corre el arroyo Saucedoso. Tras hacer las pertinentes instantáneas deshicimos el camino para volver al casco, pero antes tuvimos un pequeño atasco. Un rebaño de vacas cruzó el camino y nos mantuvo unos minutos a la espera. Después de reanudar la marcha, una última rezagada nos paró de nuevo hasta que, con sutileza, bordeó el auto y marchó con sus compañeras.
Al llegar tomamos la avenida de Santa Ana. Todo recto llegamos a la manifestación más importante del patrimonio religioso de Garciotum. Hablamos de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena (s. XV). Posee una nave dividida en cinco tramos con ábside semicircular. Además de su portada, es llamativa su torre de dos cuerpos, ya que el primero está realizado en sillería y el segundo en ladrillo. Fue reformada en el año 1973. Es de estilo gótico tardío.
Dejamos atrás la plaza de la Iglesia para tomar la calle Eloy Martín hasta desembocar en la plaza de la Constitución. Además de una fuente bien decorada, alberga este espacio la casa consistorial de la villa. Este inmueble posee dos plantas con balcón en la superior y sillares en las esquinas. Volvimos de nuevo a por el auto, ubicado en las cercanías de la iglesia, para ir al siguiente punto de interés.
Por la calle de la Fuente bajamos hasta un camino que nos condujo a una casa. Tras estacionar el coche preguntamos a una amable señora que había extraviado a su perro. Nos indicó que por otro camino más estrecho, situado junto a la mencionada casa, se iba al puente Romano. Así fue, y tras andar algo menos de 10 minutos llegamos este gran monumento. Construido en piedra, consta de un solo ojo por el que cruza de nuevo el arroyo Saucedoso. Se localiza, más o menos, en el límite del término municipal con Castillo de Bayuela. Una maravilla.
Volviendo por el mismo camino nos pasó algo muy curioso. Pasamos por parcelas donde había un buen número de vacas. Cuando nos vieron se acercó el grupo a la valla que nos separaba. Fue una reacción de lo más curiosa, pues no lo esperábamos y las tuvimos realmente cerca. Tras hacerles alguna fotillo nos tuvimos que ir, pues la cantidad de moscas era impresionante. Además se nos hacía ya de noche y teníamos una larga tirada hasta nuestro pueblo de Cuenca, Horcajada de la Torre.
De este modo regresamos al núcleo urbano y fuimos directos a la carretera por la que vinimos para salir, tras otra incorporación y varios kilómetros, a la A-5. Nos fuimos encantados, pues nos maravillaron un montón de cosas. Edificios religiosos, puentes espectaculares y parajes naturales muy hermosos. Garciotum es sin duda una localidad muy completa. Muy recomendable, sobre todo si las vacas se hacen tus amigas, como fue nuestro caso.
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