Restaurante hostal Los Callejones, en Las Majadas
Hace cosa de un mes, cuando fuimos a la ronca del gamo con los amigos de Azeral, tuvimos el placer de comer en uno de los restaurantes míticos de la provincia. Salía la expedición desde el municipio serrano de Las Majadas y no perdimos la ocasión de pegarnos un homenaje en el restaurante hostal Los Callejones.
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Cómo llegar al restaurante hostal Los Callejones
Llegamos a la localidad a través la sinuosa carretera CUV-9113, que tomamos desde Villalba de la Sierra. Una vez dentro del núcleo urbano nos dirigimos al número 9 de la plaza Mayor. Sin pensárnoslo dos veces entramos al restaurante del que tan bien nos habían hablado. Tomamos primero un refrigerio mientras preguntamos si habría mesa para dos. Tras recibir respuesta afirmativa entramos al salón para disfrutar de la comilona.
Comer en el restaurante hostal Los Callejones
Después de acomodarnos en la mesa tocaba el turno de echarle un vistazo a la carta. En Los Callejones la variedad de platos es importante. La oferta está dividida en entrantes, primeros platos, platos típicos, carnes, pescados y postres. Finalmente nos decantamos por escoger un primer plato y una carne, cada uno. Para comenzar pedimos judías con chorizo y arroz a la serrana, después sería el turno del lomo de orza y el ciervo en salsa. Cuando preguntamos por los postres la contestación fue clara: «Si no vais a tener hambre…». Qué razón.
Hacemos lo de siempre, a la mitad del plato intercambiamos para probar todo lo pedido. Dos primeros potentes aterrizaron en la mesa. Las judías con chorizo estaban realmente sabrosas, y lo principal, no había escasez de chorizo.
El arroz a la serrana estaba acompañado de verduras y un señor huevo frito que lo coronaba. Sin duda acertamos con estas elecciones, nos aportaron la energía necesaria para la importante tarde de zascandileo que aguardaba.
Llegaron los segundos. Dos carnes de nivel. El lomo de orza estaba fantástico, la carne muy tierna y el acompañamiento del pisto y las patatas era de diez.
Con respecto al ciervo en salsa, sin palabras. Estaba muy jugoso y tenía un sabor magnífico. Las patatas sin duda eran el acompañamiento perfecto. Como bien nos avisó el dueño, no tuvimos hambre para el postre, por lo que salimos a la barra a pedirnos un par de cafés.
Realmente fue una comida copiosa. El camarero que atendía la barra debió notar en nuestros rostros la pesadez de barriga, así que nos acercó un porrón para beber un poco de aguardiente casero. Lo agradecimos mucho, la digestión fue bastante menos pesada.
De este modo salimos preparados para ver la ronca del gamo en perfectas condiciones. Nos vemos en la necesidad de recomendaros Los Callejones si queréis comer bien y recibir un trato amable. Ya sabéis, si estáis por Las Majadas, o rondando la serranía de Cuenca, dejaros caer por este gran restaurante. No os va a defraudar.
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