Aliaguilla, última frontera serrana
Viajamos al extremo oriental de la provincia de Cuenca, concretamente a la serranía Baja, muy cerca de la Comunidad Valenciana. Aliaguilla cuenta con un terreno rico en contrastes, montañoso al oeste y llano al este, por lo que podemos encontrarnos desde hermosos pinares hasta extensos campos de cultivo. Posee un rico patrimonio arquitectónico, tanto religioso como civil, donde destaca la iglesia de la Asunción, la ermita de San Antonio de Padua y la fuente Vieja.
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Cómo llegar a Aliaguilla
Aterrizamos en la localidad desde el cercano municipio de Casillas de Ranera, utilizando una pequeña vía asfaltada desde la N-330. Esta carretera desemboca en la CV-468, que atraviesa el núcleo urbano sirviendo de nexo de unión entre los pueblos de Garaballa y La Torre, ya en la provincia de Valencia. Consta de 620 habitantes (INE 2023), lo que le convierte en uno de los pueblos con mayor población de la comarca Serranía Media-Campichuelo y Serranía Baja. Tiene una importante tradición agrícola y ganadera, destacando los cultivos de cereal, almendro y viñedo, así como la cría de ganado porcino.
Qué ver en Aliaguilla
Fundada en el siglo I a.C. por los romanos, Aliaguilla cuenta con un casco antiguo donde la tradición árabe también está presente en forma de calles estrechas y callejones sin salida. Esta característica nos la encontramos en muchos municipios de la serranía de Cuenca, donde cuesta subir con el coche al centro histórico. Aún así no nos importa patear, por lo que en este caso dejamos estacionado el auto en la plaza de María Pérez Frías.
Iglesia de Aliaguilla
No tardamos en subir a contemplar la iglesia parroquial de la Asunción. Construida posiblemente en el siglo XVI, es uno de los monumentos más importantes de la localidad. Mezcla en su estructura elementos populares con otros de diferentes estilos arquitectónicos. Sufrió una importante reforma en el siglo XVIII, obra del arquitecto José Martín de Aldehuela, conocido por el diseño del puente Nuevo de Ronda y por participar en la construcción de la plaza de toros de dicho municipio. Durante la Guerra Civil fueron retiradas las campanas, más tarde sustituidas por otras. En los años 50 se añadió el reloj ubicado en la torre. En su agradable porche nos resguardamos del calor, preparándonos para las siguientes cuestas.
El Cerro del Castillo
Subiendo por la calle Iglesia llegamos al área recreativa «Cerro del Castillo», desde donde pueden observarse unas magníficas vistas del pueblo. Tras quedar sorprendidos por el curioso edificio y las distintas esculturas que lo rodean, nos dejamos caer para seguir callejeando por la zona más elevada de la colina donde se asienta Aliaguilla. Tras un rato paseando cuesta abajo, llegamos a la calle de la Fuente, cuyo recorrido nos llevó a la conocida plaza homónima, donde se encuentra la fuente Vieja.
De probable origen romano, esta fuente ha sido un enclave fundamental en la vida social del pueblo. Punto de encuentro y refresco habitual desde hace innumerables años. Esta magnífica obra es la construcción más importante del patrimonio civil que posee la localidad. Destaca el trabajo de sillería, así como las dos fantásticas bóvedas de cañón, que conforman una buena muestra de la fina técnica utilizada en su ejecución, pues han resistido muy bien el paso de los siglos. La fuente conserva en antiguo sistema hídrico de la población, aunque en la actualidad, debido a la sobreexplotación de las aguas subterráneas, ha dejado sin caudal a su caño y, por consiguiente, al fregadero y abrevadero que suministraba.
Continuamos por la cercana plaza de la Constitución, donde tuvimos a bien preguntar a unas amables vecinas a cerca de la ermita de San Antonio. Nos indicaron a la perfección, y antes de ir en su busca, pasamos por la calle del Coso para ver el Ayuntamiento de Aliaguilla. No tardamos en subir a por el coche para dirigirnos a nuestro destino, varios kilómetros a las afueras del pueblo.
Ermita de San Antonio de Padua
Sorprendentemente no nos perdimos, lo cual habla a las mil maravillas de las vecinas de la plaza de la Constitución. La ermita de San Antonio de Padua se levantó en el siglo XVII a causa de la devoción profesada en la localidad, y en general por varios municipios de la zona, por el santo. Es probable que sea debido a la popularidad que tenía y tiene al ser el que más milagros posee reconocidos por la iglesia. El edificio cuenta con planta de cruz latina y una cubierta donde destacan la bóveda de pañuelo que cubre el crucero y la de cañón.
Sobre la citada cubierta existe una sencilla espadaña donde se halla la campana. Al edificio se anexa la conocida como vivienda del ermitaño y una cuadra donde descansaban las caballerías de los visitantes. El templo está construido con mampostería, a excepción de la portada, donde podemos apreciar trabajos de cantería y sillería que le otorgan mejor apariencia. El 13 de junio, día del santo, se realiza una romería donde los vecinos se desplazan hasta la ermita para celebrar una misa y una comida popular. Sin duda es una de las fechas más importantes del año para el pueblo.
Senderos en Aliaguilla
De este modo partimos de nuevo hacia la localidad, donde pudimos observar la parte más nueva del núcleo urbano de Aliaguilla. No debemos olvidar que existen un par de senderos para contemplar los bellos parajes naturales con los que cuenta el municipio. El Sendero de Torrelahuerta (PR-14), de 10’5 kilómetros, y el Sendero del Collado de la Plata (PR-15), de 7 kilómetros y lugares tan bellos como la Canaleja, donde cruza un riachuelo que desemboca en hermosa cascada. Como podéis comprobar, el patrimonio cultural y natural de Aliaguilla es impresionante.
Marchamos dirección Garaballa con la cuenta pendiente de pasear por esos bellos senderos y, quizás de paso, dejarnos caer por las fiestas en honor a San Roque, del 14 al 16 de agosto. Destacar también que hace poco se ha celebrado una conocida Feria Ganadera que se organiza todos los años el último fin de semana de julio, otro evento más para visitar este hermoso pueblo. Nos despedimos con un estupendo sabor de boca, el cual deja visitar lugares como Aliaguilla, en la provincia de Cuenca, aunque sea por pocos kilómetros.
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