Fernán Caballero, protegiendo el embalse de Gasset
Nos dirigimos al norte de la provincia de Ciudad Real para refugiarnos en las puertas del campo de Calatrava. Allí nos espera un municipio íntimamente ligado al embalse de Gasset. Hablamos de Fernán Caballero, ubicado a escasos 15 minutos de Ciudad Real capital. Además de contemplar el pantano prácticamente lleno, paseamos por la agradable villa. Su protagonista es la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Gracia, templo de mucha categoría.
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Cómo llegar a Fernán Caballero
La vía más importante de las que circulan junto a su núcleo urbano es la N-401. Esta carretera se prolonga desde Burguillos, localidad muy cercana a Toledo ciudad, hasta Ciudad Real capital. Atraviesa importantes pueblos como Malagón (Ciudad Real), Los Yébenes o Sonseca, estos dos últimos pertenecientes a la provincia de Toledo. Se puede aterrizar en Fernán Caballero a través de otras carreteras comarcales menos transitadas como la CR-711 o la CR-211, que nos conducirán a villas cercanas como Carrión de Calatrava, El Sotillo o Las Peralosas. Posee una población de 977 habitantes (INE 2022). Se encuentra a tan solo 16 kilómetros de Ciudad Real. Pertenece a la comarca del Campo de Calatrava.
Qué ver en Fernán Caballero
Lo primero que hicimos fue dirigirnos al embalse de Gasset. Llegando desde Ciudad Real, cruzamos todo el núcleo urbano hasta salir del pueblo y llegar a una rotonda. La segunda salida nos conducía hasta el embalse, pero antes de aterrizar un desvío nos indicaba a mano izquierda la ubicación del primer edificio religioso de Fernán Caballero. Nos referimos a la ermita de San Agustín y San Sebastián. Es un templo encalado de arquitectura sencilla con un elegante porche en la entrada.
El embalse de Gasset
Deshicimos nuestros pasos para, esta vez sí, llegar al embalse de Gasset. Nos encontramos por el camino a mucha gente pescando, actividad muy desarrollada en este espacio. También es apto para realizar deportes como la vela o el remo. Por suerte, estaba repleto de agua en nuestra visita, las potentes lluvias de la primera mitad de año contribuyeron, sin duda.
Resulta, además, un importante enclave para muchas especies animales. Por ello fue declarado Refugio de Fauna, y es que desarrolla una función primordial para diversas aves acuáticas, sobre todo para aquellas que son migratorias. Tiene una capacidad de 42 hectómetros cúbicos. Junto al camino asfaltado que bordea el pantano existe un bar muy recomendable. Lamentablemente no recordamos el nombre.
Dimos media vuelta para adentrarnos en Fernán Caballero. Tomamos la avenida Macario Dorado para girar a la izquierda y pasar por la calle San Agustín. Dejamos el coche tirado a las puertas del centro neurálgico de la villa, es decir, la plaza del Ayuntamiento.
Allí descansan varios edificios de interés que ver en Fernán Caballero, como los ayuntamientos, el antiguo y el nuevo. También la casa parroquial, aunque por encima de todos se alza la iglesia de Nuestra Señora de Gracia. Parte de su estructura es de estilo mudéjar, proveniente del siglo XIV, como por ejemplo el ábside poligonal y el hermoso artesonado de madera del techo. Durante los siglos XVI y XVII se amplió. Merece la pena echar un vistazo a su esbelta torre de tres cuerpos. En el centro de la plaza destaca una bella fuente, de la cual emana el agua a través de la boca de cuatro leones.
Nos perdimos un poco por las coquetas calles de Fernán Caballero. Por Rafael Gasset, Real, Canal o San Isidro. Realmente su casco urbano no tiene más monumentos, pero nos gustó mucho el ambiente, con bastante gente en la calle.
Encierros al estilo fernanduco de Fernán Caballero
De esta forma terminamos nuestra visita a la localidad. Es posible que volvamos, por ejemplo para sus conocidos encierros de estilo Fernanduco, declarados Fiesta de Interés Turístico Regional. Son el 30 de agosto. Recomendamos dejarse caer por esta simpática villa. Siempre ligada al embalse de Gasset.
SOBRE NOSOTROS
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Ha sido muy bonito leer estas palabras de este pueblo que aunque no sea el mío lo considero parte de mí porque en él pasé días estupendos en mi niñez y en el que fui muy feliz.
Nos alegra mucho tu comentario, Lourdes. Un saludo.