El fútbol en Cuenca vuelve a ser de Segunda B
La U.B. Conquense nos regaló una mañana mágica. Como ya digimos en su día con el Ciudad Encantada de balonmano, no somos fieles seguidores del equipo, decir lo contrario sería insultar a las personas que presencian todos los partidos y apoyan al club día sí, día también. Somos simpatizantes, siempre pendientes de que los resultados y el club vayan bien, pero tampoco mucho más. A pesar de ello, quisimos apoyar a la Balompédica en esta oportunidad histórica de volver a donde le corresponde, a la división de bronce del fútbol español. Tras empatar a un gol en Vizcaya frente a la S.D. Cultural Durango, la posibilidad se abría. No fallaron. Esta es la historia de un emocionante ascenso.
Salimos temprano desde Madrid. Llegamos a Cuenca unos tres cuartos de hora antes del partido. Dejamos el auto aparcado en el descampado que hay subiendo por la entrada de los institutos. No tardamos nada en entrar a La Fuensanta y comprobar el extraordinario ambiente que se estaba creando. Tras pasar por los urinarios, tocaba pedirse unos refrigerios en el bar. A la salida del mismo, terminamos de ver el calentamiento de los chicos y nos dirigimos a la grada. Saludamos a varios paisanos de Horcajada de la Torre, como son Raúl Feijoo, María Ballesteros y su hijo David Feijoo, o también Nacho Huélamo, directivo del equipo. Una cosa en común, todos tenían fe en el ascenso. La oportunidad no se podía escapar.
Nos colocamos casi al final de la tribuna, donde más animación había. Bombos, megáfonos, cánticos… Incluso un tifo de cartulinas con los colores blanco y negro que levantamos todos cuando sonó el himno y el equipo saludó a la afición. Todo tenía muy buena pinta. No somos periodistas, por lo que nuestra crónica será bastante resumida, explicando las sensaciones que nos dejó el partido.
En el primero tiempo el Conquense creó ciertos apuros a balón parado, pero la sensación de peligro la llevaba consigo el Durango. A punto estuvo de consolidarse la mejoría en el terreno de juego cuando, tras una gran jugada, su delantero remató al palo. Nosotros, al menos, agradecimos cuando llegó el descanso. Cierto es que también nos apetecía ir a por otro refrigerio, no vamos a mentir.
La cola que había en el bar nos impidió ver comenzar el segundo tiempo. Nuestros asientos de la primera parte estaban ocupados, por lo que sin mayores problemas tomamos sitio en otros un poco más al fondo. Era el momento de la lesión de Adibe. La referencia en ataque tenía que ser sustituido y más de uno en la grada se empezó a mosquear. Nada más lejos de la realidad, la Balompédica estuvo más sólida en defensa y tuvo varias ocasiones para ponerse por delante al contraataque, aunque los jugadores de arriba no estuvieron finos en los últimos metros. Destacar el talento de Gérica, que en esta segunda mitad desahogó mucho al equipo.
Finalmente, tras parecer que el árbitro no pitaría nunca, y después de un amago de final, sonó el silbato y jugadores suplentes, cuerpo técnico y afición invadieron el campo para festejar el ascenso a Segunda División B. Alegría desbordada, rostros de felicidad y alguna que otra lágrima. No es para menos. 3 años de travesía en Tercera, los cuales han sido muy sufridos. Muchos cambios en todos los estamentos, pero finalmente para bien. El año que viene será duro, el nivel de la categoría pondrá a prueba este fantástico proyecto. Nostros tenemos fe y apoyaremos en lo que buenamente podamos.
Tras volver a festejar con nuestros amigos horcajadeños sobre el césped, abandonamos La Fuensanta encantados de la vida. Ni siquiera la lluvia que comenzaba a caer nos borró la sonrisa de la cara. Se sufrió como los grandes para conseguir el ansiado objetivo. Gracias a jugadores y cuerpo técnico, incluido el primer entrenador conquense en subir a Segunda B con la Balompédica, Luis Ayllón; por regalarnos este gran momento. El año que viene más, y quién sabe si mejor.
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