Ruta por la ciudad de Albacete (III)
En la segunda entrada de nuestra ruta por la gran urbe de Albacete nos quedamos en la iglesia de la Purísima Concepción, habiendo pasado por puntos importantes como el parque Abelardo Sánchez o el pasaje Lodares. En esta tercera y última edición, volveremos al centro para dejarnos caer por la plaza del Altozano y el paseo de la Libertad. Admiramos edificios como el Teatro Circo o el palacio de la Diputación. Mucho por ver todavía, además con un toque nocturno muy chulo.
Qué ver en Albacete
Tras dejar atrás la iglesia de la Purísima, nos adentramos en la calle Concepción. Para qué negarlo, es nuestra vía preferida de Albacete. Una de las mejores zonas de marcha que existen en España. Muchos lugares para tomar un refrigerio y prolongada actividad de ocio durante el día y la noche. Fantástico. Seguimos callejeando por las calles Gaona y San Agustín hasta desembocar en la conocida plaza del Altozano.
Este importante foco de actividad se caracteriza por albergar varios edificios de interés, además de elegantes fuentes y jardines. Como construcciones a destacar podemos mencionar la sede del Banco de España o el hotel Altozano. Merece la pena reseñar también, en la acera de enfrente, el Gran Hotel. Aun así, el inmueble más simbólico de la plaza del Altozano es el museo Municipal. Fue sede del ayuntamiento hasta finales del siglo XX. Posee una elegante fachada con torre central, ventanales alargados y elaborada rejería. Consta de una exposición permanente de arte popular internacional, además de otras muestras de carácter temporal.
Encaramos el paseo de la Libertad para girar a la izquierda por la calle Isaac Peral. No tardamos en llegar a uno de los iconos de Albacete, el Teatro Circo. Se inauguró en 1887, aunque sufrió algunas reformas años después. La verdadera espectacularidad se conserva en su interior, con una hermosa decoración neoislámica y la estructura original de hierro. Es el único recinto en España que mantiene funcionalidad tanto para circo como para teatro. Se divide en anfiteatro, sala y patio de butacas.
Tras comprobar semejante maravilla del patrimonio civil, salimos de nuevo al paseo de la Libertad para toparnos con otro inmueble de gran importancia. Hablamos al palacio de la Diputación Provincial (s. XIX). Obra de Justo Millán y Espinosa, posee tres cuerpos horizontales y otros tantos verticales. Las cornisas ejercen un papel fundamental en esta vistosa separación. De su estilo ecléctico llama la atención el cuerpo central retrancado, donde asoman sus balcones flanqueados por columnas de orden corintio.
La noche ya nos tenía ganado el terreno. A pesar de ello continuó siendo agradable el zascandileo, desembocando en la fuente de las Ranas. La poca luz nos impedía, desde hacía algunos minutos, la toma de fotos útiles. De este modo, tras asomarnos al parque Lineal, dimos media vuelta para caminar por el largo paseo de Cuba.
Finalmente aterrizamos en la Delegación de la Junta de Castilla-La Mancha, es decir, la anterior «Fábrica de Harinas». El inmueble data de 1917, produciendo en su historia, además de harina, electricidad. Llama la atención el bello color blanco de su fachada, además de la señorial entrada al recinto. Consta de cuatro plantas, las cuales poseen cada una gran variedad de vanos.
Teníamos a pocas calles nuestro alojamiento. De este modo, pusimos rumbo al descanso. El zascandileo había sido duro. Albacete merece mucho la pena. Se nota que es la gran urbe de la comunidad autónoma. Hay grandes edificios por doquier y rincones espectaculares. Nos despedimos recomendando visitar esta encantadora ciudad. Merece mucho la pena.
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