Sisante, puerta monumental a la Manchuela

A veces, tras visitar algunos pueblos, no entendemos cómo no están considerados destinos turísticos de renombre. En contadas ocasiones aparece esa justicia divina que equilibra la balanza y otorga el reconocimiento merecido. Ocurrió en 2021 cuando Sisante fue designado Pueblo Más Bonito de Castilla-La Mancha en el conocido concurso de CMMedia. Este galardón nos alegró porque esta villa nos dejó un sabor de boca inmejorable cuando la visitamos. Monumentalidad, tradición y buena gente, la mezcla perfecta.

Qué ver en Sisante

Rápido comprobamos lo de buena gente cuando, tras estar mirando la fachada de un edificio religioso, apareció un hombre en bicicleta. Esta persona debió alucinar al vernos con nuestro amigo Mario Merino observando la portada de la ermita de la Concepción. Se trataba de Juan Venera, Padre Mayor de la Cofradía del Padre Jesús Nazareno, y, alucinase o no, nos invitó a pasar para enseñarnos este templo. Dentro se custodia la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno que procesiona en las fiestas patronales y en Semana Santa. Está ubicada en una capilla que posee frescos magníficos. Juan se portó de diez y además nos regaló unas estampitas que, por supuesto, seguimos conservando.

Frescos de la capilla en la ermita de la Concepción

Nuestro Padre Jesús Nazareno sale en procesión cada cien años

Correcto. La talla original no se conserva en esta ermita, sino en el camarín de la iglesia del convento de Clarisas Nazarenas, actual Monasterio de Nuestro Padre Jesús Nazareno (s. XVIII). Este edificio de fachada barroca alberga esta conocida imagen que fue obra de Luisa Roldán «La Roldana», escultora de la Corte de Carlos II. Fue un encargo del rey para regalar al papa Inocencio III, pero al morir este se destinó al monasterio de El Escorial. Al final no se traslada a tan magno lugar, ya que al morir Carlos II, la talla se queda en casa de «La Roldana» y después en poder de sus hijos. Es más tarde cuando finalmente termina en este convento sisanteño. Pensándolo fríamente, tras tantos vaivenes, fue pura casualidad que acabase en la localidad.

Portada del convento de Clarisas Nazarenas

La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Sisante es tan especial, que únicamente sale del convento en procesión cada cien años. Sí, has oído bien. Además, la última vez fue en 2011, por lo que si no fuiste entonces lo vas a tener complicado para presenciarlo.

La casa palacio de la Sevillana y una ruta de casas señoriales

Si por algo nos impresionó Sisante es por la cantidad de manifestaciones de patrimonio civil que posee, la mayoría en forma de casa señorial o casa palacio. Quizás resulte injusto que destaquemos una por encima del resto, pero no lo podemos evitar. Seremos directos. La casa palacio de la Sevillana (s. XVII) es el inmueble más espectacular que hemos visto desde que zascandileamos por Cuenca. Quizás sea por su rejería maravillosa o por la fachada con los tres blasones de los Mendoza y de los Cañizo y Losa, pero es algo que merece la pena ver. Probablemente resulte exagerado, pero la visita a Sisante ya merece la pena solo con verla desde el exterior. Se encuentra ubicada en la calle Convento.

Casa palacio de los Cañizo y Losa, aneja a la de la Sevillana

Tras esta opinión, seguramente poco objetiva, no queremos dejar sin mencionar otras casas señoriales que también merece la pena ver, como la casa palacio de los Cañizo y Losa, contigua a la de la Sevillana y también preciosa en su fachada. Bellos ejemplos de casas blasonadas también nos parecieron la casa de los familiares de López Martínez, la casa solar de los Cardos-Espuche, la casa de los Tello Meneses, la casa de los Moya Gaudencio y familia y la casa palacio de los Ruiz de Alarcón. Si viajas con tiempo, puedes concluir la ruta acercándote a contemplar la casa de las Romeras, la casa de los Joveres, la casa de los Meneses y la casa de los Martínez Herrera. La mayor parte de ellas se concentran en torno al centro neurálgico de Sisante.

Casa-Solar de Los Cardos-Espuche

El ayuntamiento de Sisante, obra maestra que nos trae recuerdos

¿Y cuál es el centro neurálgico de la villa? Fácil, su plaza del Ayuntamiento o plaza del Doctor Fernández Turégano. Dos edificios muy importantes presiden este espacio, uno civil y otro religioso. Empecemos por el primero. El ayuntamiento de Sisante resulta impresionante. Consta de dos alturas, a excepción de la torre, que sobresale dos cuerpos por encima y está rematada a modo de templete. La planta baja está poblada por cuatro ventanas y la superior por cinco balcones. La forma del inmueble nos recuerda al antiguo ayuntamiento de San Clemente, aunque las diferencias son notables.

Espectacular el ayuntamiento de Sisante

Alberga las salas consistoriales y, en tiempos, también fue cárcel, como indica su fachada. Su portada también refleja una inscripción donde se informa de quién reinaba por aquel entonces, Carlos IV, quién era el corregidor de la época, Don Manuel de Veyan, y en qué año se finalizó la construcción (1789). De hecho, en la fachada se puede observar el escudo real de Carlos IV, además del blasón del marqués de Villena, Don Juan Pacheco, o la Cruz de la Orden de Montesa.

El barroco de la iglesia de Santa Catalina

Al otro lado de la plaza, rivalizando en protagonismo, está el edificio religioso del que hablábamos: la iglesia parroquial de Santa Catalina (s. XVII), de estilo barroco. Posee una sola nave con planta de cruz latina. Tiene unas dimensiones considerables, destacando su torre de tres cuerpos. Desde fuera es posible también admirar su portada con arco de medio punto. Está flanqueada por columnas de orden dórico que sostienen un friso con triglifos de lo más bonito. Está coronada por un frontón triangular sobre un ventanal cubierto con elegante rejería. En su interior existen varias capillas de interés, como la del Rosario o la de Fátima. Conviene fijarse también en los frescos del crucero realizados por Víctor de la Vega en 1965.

La iglesia de Santa Catalina tiene unas dimensiones importantes

Existen otros templos en Sisante de menor tamaño. Un buen ejemplo es la ermita de San Bartolomé (s. XVII), que contiene un interesante retablo barroco y las imágenes de San Bartolomé y el Santo Cristo de la Buena Esperanza. Más pequeña y sencilla es la ermita de San Antón (s. XVIII), ubicada en la calle homónima.

Ermita de San Bartolomé, en Sisante

¿Hay torcas en Sisante?

Cuando leemos o escuchamos la palabra torca, siendo mínimamente conocedores de la provincia de Cuenca, nos vienen a la mente las torcas de los Palancares, localizadas en el Monumento Natural Palancares y Tierra Muerta, pero existen otros pueblos en Cuenca donde se pueden apreciar estos accidentes geográficos. Otro ejemplo es Lagunaseca, también en la Serranía, pero sorprende que en terrenos más llanos como los de la Mancha o la Manchuela haya torcas. Es el caso de Sisante.

Esto es una torca, aunque no está en Sisante

Una torca, explicado de manera quizás demasiado sencilla, es un gran agujero que se produce en terrenos calcáreos. Depresiones o hundimientos que provoca la acción de las aguas subterráneas. De estas espectaculares formaciones existen dos en el término municipal de Sisante. Están a tres kilómetros, aproximadamente, al oeste del núcleo urbano.

Es posible disfrutar de otros parajes naturales en el municipio, como pueden ser la hoz de Buedo, la sierra del Sestero o el paraje del Concejo. De hecho, existe un sendero oficial, el PR-CU 72, que se denomina «Ruta de los Calderones», que parte desde la villa de Sisante a hacia el río Júcar y vuelve formando una ruta circular, aunque en la actualidad está temporalmente de baja.

Dicen que esta localidad fue antaño la ciudad romana de Mediolum, aunque no hay todavía pruebas fehacientes. De lo que sí hay pruebas es del esplendor que vivió Sisante entre los siglos XVII y XVIII. Se puede comprobar caminando por sus calles, lo cual os recomendamos. Esta villa merece la pena ser visitada y que se ponga en valor. La gente ya dio el primer paso votando en el famoso programa «El Pueblo Más Bonito de Castilla-La Mancha», de CMMedia. Este ha sido nuestro granito de arena.

Nosotros visitamos Sisante en diciembre, ya con los adornos de Navidad puestos

Cómo llegar a Sisante

Está muy bien comunicada. Seguramente la vía de llegada más importante sea la autovía de Alicante o A-31. Cuando la A-3 se divide en Atalaya del Cañavate, surge esta autovía que llega en diez minutos a Sisante. Después pasa por pueblos conquenses como Pozoamargo y albaceteños como La Roda, Chinchilla de Montearagón o Almansa, hasta desembocar en Alicante. Otra carretera muy transitada y utilizada para arribar a Sisante es la N-310. Esta nacional circula desde Manzanares (Ciudad Real) hasta Villanueva de la Jara, muy cerca de la propia villa de Sisante. Pasa por pueblos como Tomelloso, Argamasilla de Alba, Villarrobledo, San Clemente, Vara de Rey o El Picazo.

Posee una población de 1619 habitantes (INE 2021). Se encuentra en el sur de la provincia de Cuenca, perteneciendo a la comarca de la Manchuela. A escasos diez kilómetros se encuentra el río Júcar.